Pues eso, esta mañana me he levantado con ese pie derecho que mañana puede ser izquierdo, pero hoy escucho la canción del gran Serrat con sus setenta recién cumplidos, grande Serrat, y ése “hoy puede ser un gran día” no tiene desperdicio.
El día treinta del año ya recién pasado, me pegué la torta del siglo en casa, no podía ser de otra manera empezar mal el año pues había que terminarlo mal, nada que no arregle un Ibuprofeno, sin ir a urgencias para estar allí cuatro horas, o sea el cuerpo serrano como que me hubieran dado una paliza, pero sin paliza afortunadamente, que todo hay que aclararlo.
Y creo que de momento mejor dejar aparcadas esas malas uvas, mejor dejarlas en la copa de cava, mejor nos olvidamos del “annus horribilis” de todos nosotros.
Ayer cuando comí las uvas – por cierto, nunca las acabo- no me hice propósitos de nada, sólo pensé en las personas que me importan, nada más.
Luego ya en casa, antes de conciliar el sueño pensé que ¿para qué hacer promesas, propósitos que no cumpliremos la mayoría de las veces?
¿Para qué lamentarse de los refugiados, de la corrupción de las violaciones, de la violencia de género, de las guerras, de los sin techo, alguien nos escucha? Quiero pensar que alguien nos lee, que alguien nos escucha cuando nos cabreamos por todas estas cosas, pero tengo muchas dudas.
Así que mejor dejemos que pasen los días, que nos sigan cabreando, pero no perdamos el norte porfa….
He intentado poneros el vídeo de Serrat pero no he podido, supongo que será por eso de la SGAE.
La letra de la canción:
http://www.musica.com/letras.asp?letra=803864
Pues eso amigos blogueros, podemos tener un gran día, días, meses años, sólo depende de que nos lo planteemos.
Saludos.
PD. En realidad no sé si es la entrada que quería escribir pero es la que me ha salido.