No sabía muy bien esta bloguera como titular la entrada de hoy, hay ya tanta palabra manida, tanta demagogia, tanta frase que se pierde en el aire de la indiferencia… fácil es que es caiga en todo eso, pero no me importa.
El primer golpe, la primera humillación, la primera prohibición, los primeros celos, son sólo el prólogo de lo que suele ser el colofón casi siempre desgraciado de la historia narrada en el libro de la vida.
Hace unos días leí un informe sobre nuestras adolescentes que, al menos a mí, me pareció preocupante, ellas creen que si su “chico” les dice no te pongas esa ropa, no te pintes, cállate, todos te miran, es una señal de amor, equivocación elevada al cubo. Son señales y no de humo precisamente. Luego la vida se encarga de demostrarlo, cuando es demasiado tarde.
Creo que nadie debe ir detrás de nadie, si a la par, creo que mandar callar al otr@ es muy gratuito, humillante y vejatorio, la forma de vestir es propia de cada personalidad, y pintarse y poner guapa es una elección propia, de nadie más.
Veintiuna mujeres muertas podrían hablar de todo lo que ahora escribo, pero ellas ya no dirán nada, la connivencia de la gente que ve venir después del primer grito, del primer hematoma, que algo anda mal y no se implica es dejadez pura y dura, la sociedad que dice que son cosas de ellos, también, los mismos que luego hablan en los medios diciendo que se veía venir.
Pero a pesar de lo dicho el culpable es el que quita la vida así, por las buenas, algunos luego se suicidan no pueden consentir que él se vaya y ella sea la que quede.
Las denuncias han bajado ¿crisis? Quizá, o dependencia del maltratador, o amor mal entendido ¿Quién entiende el amor aunque a veces mate y golpee? ESO NO ES AMOR
Volver a empezar es difícil, pero más difícil es vivir con el aliento del que te dice te quiero, -escudándose en su inseguridad y cobardía- detrás de la nuca.
Cuando escribo sobre estos asuntos me gustaría ser más original, pero la verdad creo que original o no, sirva para nada, solo para que la bloguera que ahora escribe se explaye y se quede al menos a gusto.
Hay que cambiar el chip, los hijos que han visto maltrato pueden ser en potencia maltratadores, o bien por el contrario odiar la violencia, ojalá siempre fuera esto último.
Saludos blogueros.
016 Ahí está, USARLO.