Siento el vacio que habrás dejado en tu familia, en toda la vida que te acompañaba.
Tú elegiste la pasión de los toros, eso es libre pero te ha costado la vida.
Y ahora como animalista que soy no me andaré por las ramas.
Sé que me puede caer la del pulpo por aquí, no me importa.
La muerte de un torero no se puede convertir en un canto a la tortura de un animal. No, el toro muere siempre después de más de media hora de sufrimiento, él no tiene ninguna oportunidad.
Empieza ya antes, en los corrales, luego el picador, luego las banderillas mientras el animal jadea y sangra. La espada, no siempre acierta entra en su cuerpo sin matarle, el toro se acerca a su carencia para protegerse, y ahí le llega la puntilla que unas veces acierta y otras no, mientras patalea de dolor, deseando morir cuanto antes, ¡!YA!!
Quiero dejar claro que no pertenezco a ninguna organización animalista, por si alguien me relaciona.
Los que piensen que el toreo es un “arte” pues bien, allá ellos. No veo ningún arte en las becerradas de los pueblos, no veo nunca, ni veré arte donde un animal muere cruelmente, NO LO VEO.
Un saludo blogueros.
Todo mi respeto para los taurinos, pero espero el mismo respeto tengan para mi opinión, cosa que por cierto no suele pasar.