A menos de cuatro días del pregón que abre las puertas a la diversión.

Las fiestas en Pucela, mi querida Pucela, mi tercera ciudad donde el destino me trajo, jornadas en que parece todo se vuelve del revés, donde hay gente por todas partes, en que para ver un concierto hay empujones a diestro y siniestro.
La ciudad se viste como en carnaval de ese traje del olvido durante unos días, de los cuales los primeros se cogen con ilusión y los últimos ya con cansancio. Normal en cada fiesta, de cada ciudad de esta nuestra España tan dada a olvidar la crisis, las penas, y a vivir sólo los gozos, aprovechando que la Virgen de San Lorenzo pasa por aquí.

Cada año se leen los mismos comentarios o parecidos, que si los pinchos, que si los hosteleros, que si las peñas, que las casetas (algunas) dejan mucho que desear. Que si las peñas, que si la abuela fuma. Creo somos muy protestones, mejor que cada uno haga lo que crea conveniente sin sacar tanta punta a las cosas.
¿Los conciertos? Ahí los jóvenes normalmente se cabrean porque dicen y pienso que con razón que la música que se trae a Valladolid es más bien “ñoña” aun habiendo excepciones ciertamente la gente joven no tiene ese adorado rock que les hace vibrar.
Es imposible tener a todo quisque contento, eso está más que claro, o sea, en botella.
Pero sea como sea, seguro nos lanzamos raudos y veloces a las calles de nuestra ciudad, dentro de lo que nuestra economía nos permita por supuesto.
El Paseo de Zorrilla será un hervidero a la salida de los toros, multitudes para ver el “espectáculo de los espectáculos” y este año con José Tomás… ya el acabose, pero tampoco pasa nada porque desde luego no todo el mundo piensa como yo en este asunto y no me queda otra que respetarlo.
Teatro, casetas regionales donde se suele sudar la gota gorda a pleno sol, espectáculos para los niños, pero todo sea por consumir esos últimos días que nos quedan antes de agotar el verano con todas sus consecuencias.

Así que dispongámonos a vivir la fiesta, tratando de que las penas sean menos penas durante unos días, si podemos desconectar un poco, hagámoslo, porque nos lo hemos ganado a pulso con cada día de crisis, con cada cabreo por los políticos, por cada hipoteca, por las injusticias por… tantas cosas.
Hacedme del favor de ser felices y que acompañe el tiempo, los paraguas son molestos, las lágrimas…también.
Saludos blogueros.