No me importa no ser políticamente correcta en esta charla aún cuando sé corro el riesgo de que (como alguna vez me ha ocurrido)se me ponga por delante a las personas, que delante ya están, pero que parece ser hay que justificar y explicar cuando se habla de animales, pues no me voy a justificar por nada.
Veo un reportaje en éste caso de China que por lo visto quieren cambiar alguna ley para que lo de comer perros y gatos se regule.
Supongo que al ser aquí animales domésticos nada que ver…
Veo unas jaulas con cachorritos, perros, gatos, les cogen para cocinarles y mi corazón animalista se me ha encogido.
Y cuando encima informan que algunos son cocinados vivos he tenido que dejar de ver la “noticia”.
Claro que me diréis, que por ejemplo el bogavante, o los cangrejos etc. se cocinan vivos (jamás he podido hacerlo) pero de los que hablo son nuestros animales de compañía, fieles y preciosos.
Otra cultura, otra forma de vivir, pero me ha resultado terrible.
Tuve una preciosa perra Cocker, ahora tengo dos gatos, un siamés, y una gatita a la que mi hijo rescató de la calle.
Supongo eso me hace más sensible a estas cosas.
Aunque la verdad aquí en España (que lejos de China) tampoco nos quedamos atrás en maltratar animales aunque no nos los comamos.
Pues ahí queda mi segura tonta sensiblería para mucha gente, pero como siempre recuerdo, cuando hablo de animales, hablo de ellos, los que no tienen voz, los que dependen sólo del cariño o en muchos casos desgraciadamente del maltrato de su am@.
Y ellos, nunca nos fallan.
Como ya he dicho en alguna ocasión escribiendo sobre estos temas ¿Quíen es el animal?.
Cuando abro la puerta de mi casa, mis gatos están detrás de la misma esperándome, es como que hubieran oído el ascensor sabiendo que viene la persona que les quiere, les cuida y sabe que ellos me dan mucho más que lo que yo les doy, ya lo creo que sí.
Saludos blogueros, hoy le tocó salir a mi corazón animalista.