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El rincón de Cari

HORMONAS DE MUJER

Esas que parecen nos dominan primero en nuestra juventud, luego en esa edad en que no sabemos si somos mayores o estamos en medio de la nada y después cuando ya los estrógenos  son escasos en la edad más madura, viniendo entonces los problemas añadidos, nos amargan la vida, nos cambia el carácter, nos revuelven las tripas una vez al mes en la edad fértil.

Y nuestro hipotálamo a veces se vuelve loco, y nos desubica con nuestro entorno, y hasta la testosterona nos afecta en  mayor o menor grado, vamos, que no nos libramos de nada, en la tómbola de ser mujer nos ha tocado de todo.

Seguro que si algún ginecólogo me leyera, corregiría  muchas de las cosas que he dicho porque para nada soy una experta, sólo que la experiencia se vive a veces en vivo y en directo y debe ser lo que ocurre por este cuerpo serrano  que está tecleando y martirizando a  su portatil :)

Nada podemos hacer, es la maravilla que protege nuestro sistema femenino, pero que también es molesto cuando estas hormonas se rebelan, o simplemente se esfuman.

Y mientras, dentro de nuestro cuerpo de mujer todo esto sigue un orden, exteriormente en ocasiones, estamos más perdidas que un pulpo en un garaje y encontrarnos nos cuesta casi llamar a Lobatón, necesitamos un tiempo  para que todo vuelve a su ser,  a la normalidad, pero por el camino hemos dejado malos días, malos humores, malas sensaciones en  nombre de eso que no podemos controlar.

Pero si hasta en el tanto por ciento de migrañas nos llevamos la palma: 13% hombres, 18% mujeres, las migrañas van acompañadas del dietario hormonal en muchas ocasiones.

Pero, ¿quién dijo miedo? para nada, nos damos de tortas con el mundo para hacer ver que nada pasa en nuestro interior, y ya lo creo que pasa y estamos en desventaja demasiadas cosas mandan dentro de nosotras sin que podamos evitarlo.

Así que hombres del mundo mundial, dejarnos estar cuando nos veáis algo alborotadas, no siempre vosotros tenéis la culpa. Cuando estemos raritas, no somos así, de verdad de la buena, es que algunas veces esas cosillas que tienen esos nombres, estrógenos, hipotálamo, etcétera se empeñan en hacernos sudar y nunca mejor dicho.  No sé si el razonamiento cuela o no cuela para vosotros que soléis tomarlo a cachondeo.  :)

Decimos a las amigas “estoy rara”, primero a ellas, esas que son las del alma, pero a las que les ocurres más o menos lo mismito de la peli, sólo faltaba, pero  comprobamos que eso no nos alivia y decidimos por fin ir al médico de turno, o sea al ginecólogo, después del dentista, lo que más odio.

Y le explicamos lo inexplicable, entonces  nos suelta por esa boquita que esto es normal, que nuestras hormonas están alborotadas, que bailan claqué y que tengamos calma, nos dan una pastillita que lo solucionará, y tal y tal y tal, y todas tan contentas. Entonces nos acordamos de la madre que parió al cordero, y pensamos  ¿por qué? la respuesta no está en el viento, está en que simple y maravillosamente somos mujeres.

Saludos blogueros.

 

 

Estáis todos invitados, bienvenidos

Sobre el autor

Castellana que adora el norte y a quien la vida trajo a Valladolid. Desde aquí comparto mis vivencias con vosotros.


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