Hay números para muchas emergencias, bomberos, policía , Cruz Roja, teléfono de la esperanza, etc. todos ellos con la misión de echarnos una mano en los momentos duros de nuestras vidas.
Pero hoy quiero hablar de ese que vemos en la tele después de cada caso de violencia de género, cuando es noticia que alguien ha matado, apaleado, hundido psicológicamente a un ser humano, en nombre de la sin razón.
El 016
Y me gustaría ponerme en la piel de las personas (mayormente mujeres) que tienen que acudir a marcar ese número que mejor sería no tuviera que existir, pero es necesario, aunque no remedie mucho desgraciadamente, pero quizá es ese vínculo que puede significar, la vida, o el aire limpio de la libertad ante esas manos y esas mentes que sólo saben dañar. Alejarse de la bestia es importante, dormir con esa bestia es mortal, o como poco daña la salud mental.
Es difícil pensar lo que pasa por la cabeza de una persona cuando teclea unos dígitos que seguro le ayudarán al menos para contar lo que está sufriendo seguro en silencio, o en todo caso compartido con sus amigos más allegados que en muchas ocasiones no pueden o quieren implicarse. Lo de mirar para otro lado se nos da muy bien, que el problema para nada nos salpique.Y mientras tanto siguen las soledades…
La soledad, la impotencia, lo vulnerables que pueden sentirse sin que nadie llame a su puerta preguntando si necesita ayuda, estamos todos demasiado ocupados en nosotros mismos para entrar en problemas que no nos tocan ni de lejos ni de cerca, ya nos encargamos de que así sea bajo la excusa de que no es nuestro problema.
Creo que sí es nuestro problema, de todos.
Pero luego si nos lamentarnos de lo que ha pasado muy cerca de nosotros, o lejos, para matar o humillar no existe eso de cerca y lejos o arriba y abajo de Epi y Blas, y hablamos, contamos que era una pareja “normal” que nunca vimos nada extraño, cuando lo extraño es que siquiera les veamos, creo que hay demasiada gente invisible para muchos de nosotros.
Imposible saber lo que hay detrás de cada puerta, imposible, por eso es bueno que esté al alcance algo que hoy día tenemos todos, un teléfono y un número esperanzador.
Otras ya no tienen ninguna oportunidad, demasiadas ya no la tienen.
Y aquì estoy yo, hablando de un número y casi pidiendo perdón por no teclear sobre Tomás Gómez, la crisis, la marea roja de Hungría, Haití o Belén Esteban :(
Homenajes, tristes homenajes a l@s que hoy, ahora estén necesitando ayuda.
Buen fin de semana, largo y algo gris, pero quizá ideal para para descansar.
Saludos blogueros.