Para todos nuestros políticos ayer dentro del Congreso de los Diputados.
Para todos los demás fue un clamor ante toda la indecencia que nos rodea.
Están sordos, están demasiado ocupados en recortar, en ajustar como les gusta decir a ellos, por eso de que hay que subir a España ¿subirla? Bajarla a los infiernos diría yo.
Mucha, demasiada gente desesperada, sin trabajo, padres con sus hijos de vuelta a casa con familias ya formadas, personas que viven de la caridad de otros, contenedores de basura que sirven para que algunos se alimenten.
Jóvenes sin ninguna oportunidad menos aún desde la última Reforma Laboral que tanto empleo iba a crear, empresarios que se lo están tomando todo al pie de la letra porque eso hace más fácil para ellos los contratos basura.
Se está viendo un aumento de la xenofobia patente porque a los que antes necesitábamos para hacer ese trabajo que nosotros despreciábamos ahora queremos se marchen de aquí raudos y veloces.
Mucha gente dependiente ha visto mermadas sus ayudas y con ello su calidad de vida, la poca que ya les queda.
Están volviendo los tupper al colegio porque no se puede pagar el comedor escolar, las personas con varios hijos en edad escolar se buscan poco menos que la ruina en el principio de curso.
Lo recortes en la enseñanza, la vuelta atrás es manifiesta, la sanidad se está deteriorando a pasos agigantados, en fin mejor no sigo.
Total desencuentro entre el pueblo soberano, ese pueblo -cada día menos soberano- y los que gobiernan porque a los que manejan el cotarro sólo les venimos bien cada cuatro años.
Soy consciente de que no estoy diciendo nada nuevo bajo el sol desde mi rincón de Valladolid, nada que millones de personas no comenten en la calle a veces con auténticos exabruptos dirigidos a la clase política porque hay mucha gente desesperada y sin salida.
No quiero ser original, no quiero inventar palabras ya inventadas por todos y cada uno de los ciudadanos y analistas eficaces que se dedican a explicarnos el porqué de tanto hartazgo, pero que no encuentran salida ni solución para el caos político en que estamos inmersos.
Mientras vemos que para muchos todo va bien, los ricos cada día más ricos, alguien tiene que sacar provecho de las crisis, supongo siempre ha sido así, mientras vemos cada día más casos de corruptelas varias y que para que dimitan hay que ponerles alfileres en su sillón.
Mientras vemos todo esto, clamamos aireados, enfadados, pero ellos, solo escuchan el murmullo de la calle, y destacan sobre todo a esos violentos que por desgracia siempre se infiltran en cada reivindicación, a los otros miles ni les ven ni les esperan para explicarles lo que pasa.
Saludos con clamor indignado blogueros.