Todo estaba listo. Los corredores salían de Cangas de Onís en dirección a Santander, la tierra que había visto crecer a Isidro Nozal, y la capital cántabra se preparaba para coronar a su hijo pródigo. Era la ronda de 2003 y la Vuelta a España esperaba vestir de amarillo al corredor que todos querían.
Manolo Sainz, director de la ONCE, equipo que había ganado la crono inicial colocando a Igor González de Galdeano de líder, apadrinaba a un ciclista prometedor que tenía que quedar por delante de su joven compañero (24 años) Joaquim Rodríguez. ‘Purito’, apodo adquirido por los gestos de fumador hechos en una liviana ascensión como él mismo contaba, iba vestido de amarillo por su buen papel en tierras asturianas. Sin embargo, el dorado no era para él. Nozal era la esperanza española, mediática y de su equipo y el corredor catalán tenía que entrar tras él para que éste se llevara la gloria en casa.
El desenlace no fue el esperado. En Santander, con las pancartas, los titulares de los periódicos y las entrevistas pactadas y preparadas Nozal no se convirtió en líder de la Vuelta a España. ‘Purito’, con un mejor final, aguantó el ‘amarillo’ ante su compañero y las críticas de la afición, de la prensa y de gente de su propio equipo. Sin quererlo, Joaquim Rodríguez se convirtió en protagonista inesperado de la ronda española. Saltó a la fama sin buscarlo.
En el podio de la capital cantabra, mientras le ponían el mallot de líder, parte del público que allí se congregaba le pitó mostrando su frustración. La cara de ‘Purito’ reflejaba el malestar que sentía por ser pitado únicamente por ser mejor que Nozal, con quien nunca tuvo ningún enfrentamiento. Ni antes ni después de aquello. Parte de la prensa, emtre ellos González Linares a través de SER, calificó su carrera como de “puñalada trapera” generando un gran conflicto mediático.
Con el ambiente caldeado, en Burgos, Nozal se vistió, por fin, de amarillo. ‘Purito’ se apartó pero demostró su potencial ganando en Pla de Beret mientras los focos apuntaban al ciclista cántabro
Nozal, posteriormente, perdió la carrera ante Roberto Heras. Después, fue salpicado por el dopaje. El momento de gloria de Nozal estaba en la meta de Santander, aquel 8 de septiembre de 2003. Sin embargo, sus piernas y un gran ‘Purito’ se lo arrebataron.
No fue solo aquello, pero tomó la decisión de cambiar de equipo: “Los tres años en la ONCE pasaron muy rápidos. Allí dejé a muchos compañeros y a muchos amigos. Pero a finales de 2003, después de la Vuelta a España, me di cuenta de que necesitaba un cambio. Tenía que estar en un equipo donde pudiera gozar de una mayor libertad“. Joaquim no quería ser líder aquel día… Pero este año sí
Autor: Jon Prada (@jprada114)
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