Ayer ocurrió lo que tenía que ocurrir. Red Bull ganó en Corea y Vettel le arrebató el liderato del Mundial de Fórmula 1 a Fernando Alonso a falta de cuatro carreras. Poca gente, por desgracia, dudaba que pasaría. Y menos aún cree en la posibilidad de que el español pueda con el alemán en ¿igualdad? de condiciones.
Ya expresamos en este blog la opinión de que Ferrari era líder porque tenía al mejor piloto de la parrilla, pero sobre todo porque se aprovechó de la nula fiabilidad de sus perseguidores. La escudería austríaca (que por algo lidera el Mundial de Constructores) tardó más de lo esperado en superar la pérdida de su doble difusor. McLaren, la alternativa real, ha lidiado con los problemas mecánicos de sus coches y de motivación de alguno de sus pilotos, como el caso de Hamilton. Y Lotus, superior en muchas ocasiones a los italianos, ha pagado el exceso de ímpetu de Grosjean y la frialdad extrema de Raikkonen.
Pese a ello, los chicos comandados por Adrian Newey han seguido trabajando. Han probado cosas, algunas equivocadas y han roto motores y piezas por el camino. Pero han llegado a la parte final del campeonato, la que importa como dijo Luis Aragonés, con opciones. Y Red Bull con opciones es mucho mejor que Ferrari, McLaren y Lotus con opciones. Sobre todo que Ferrari.
Hubo escuderías en la historia del certamen que, tras perder su ventaja mecánica, dejaron de dominar. Que se lo digan a Ayrton Senna. Pero no es el caso de los actuales campeones. No solo disponen de presupuesto sino también de margen para equivocarse. ¿Por qué? Porque cuando existen problemas los resuelven. Y no a medio o largo plazo, sino en los tiempos que son considerados correctos.
Ferrari, sin embargo, lleva dos años haciendo el ridículo con un túnel del viento inoperante. La pasada temporada eso llevó a un coche lento y con sobredegradación de neumáticos. Esta, a un coche fiable y bueno en carrera, aunque corto de miras en la calificación y en velocidad punta. ¿Han cambiado los responsables de cometer los mismos errores durante más de 700 días? No. ¿Alguien cree que en el siguiente proyecto habrá cambios radicales? Posiblemente no.
De ahí los interrogantes sobre si Fernando y Vettel compiten en igualdad de condiciones. Sin duda, el español es mejor piloto que el alemán. Es muy posible que el actual bicampeón no estuviera tan arriba si pilotara un coche rojo. Pero una vez más Red Bull ha encontrado el camino. Y, de nuevo, Domenicali no lo ha hecho.
¿Es imposible que Alonso gane su tercer título? No, porque en cualquier carrera Vettel puede romper, le pueden tocar o puede cometer un error. Pero va a tener muchas menos opciones de cometerlo que el español. Porque éste, más lento en las qualifying, siempre va a tener que arriesgar más que su rival en las salidas y en carrera. Y con el buen momento de Webber, la caída de los McLaren y los Lotus y Pérez pensando en su futuro, ya no parece haber coches robapuntos que puedan hacerle el favor de su vida.