Supongo que la mayoría de los lectores de este blog son aficionados al motor. Es por ello que, además, presupongo que seguirán en Grada360.com las noticias sobre el mundo de las dos y cuatro ruedas que Miguel Sesé va ofreciendo a diario a los internautas. Aun así, me voy a permitir un párrafo de licencia: el de explicar de qué vamos a hablar hoy aquí.
Existirá en 2014 un nuevo campeonato de monoplazas en el ya de por sí saturado espectro de estas características que se ofrece hoy día. A saber: Fórmula 3, World Series, Renault 2.0, Euroseries, AutoGP, Superleague Formula, GP3, GP2… Aunque tendrá una gran diferencia respecto a ellos: los vehículos serán totalmente eléctricos. Un guiño al ¿futuro? (espero que sí) de la industria automovilística.
Uno de sus impulsores ha sido Alejandro Agag, a quien por cierto esta iniciativa le ha costado una bonita bronca con Bernie Ecclestone. No es muy amigo el inglés de que le innoven en sus narices y menos si lo hace uno de sus delfines. Aunque, lógicamente, ni le preocupa a estas alturas la cuota de pantalla, la presencia de grandes marcas ni por supuesto los ingresos a percibir.
Pero la realidad es la que es y esta semana hemos conocido que ya hay un equipo que ha confirmado su participación. Suele ser el paso más difícil en una novedad de estas características y en cuanto se da comienza a generar un efecto llamada. Sobre todo teniendo en cuenta que queda todavía un año por delante.
Es más, hay algo de muy inteligente en el formato que quizá sea una de las cosas que haya mosqueado al ‘gran jefe’ de la Fórmula 1: los circuitos donde se rodará no son los habituales. Ni siquiera los de mercados emergentes. Se han buscado emplazamientos donde la gente QUIERE ver espectáculos motorizados. De momento han confirmado Roma y Río de Janeiro. Y tienen que caer varios más.
Así que, con 300 caballos de potencia y 260 kilómetros por hora de velocidad punta, los coches de la Fórmula E serán lo suficientemente atractivos como para darle una oportunidad al certamen. Aunque casi podamos decir que únicamente tenga dos vías de salida en el futuro: un fracaso por falta de equipos y público o un éxito que, casi con toda seguridad, lleve a Ecclestone a comprar el formato y retirarse (si lo hace algún día 🙂 bajo la bandera de la revolución ecológica.