Ojalá dentro de cinco años la cantera del motociclismo en España sea tan prolífica como en este momento. Aunque lo dudo, porque las inversiones públicas (lógicamente) y las privadas han bajado ostensiblemente. Y de dominar con suficiencia todas las categorías del Mundial.
Sin embargo, no todo acaba en el certamen de Dorna. Las Superbike han tomado fuerza en los últimos años a la hora de que muchos de los que no pueden subirse a una Yamaha oficial lo escojan como destino, como también lo ha hecho (ya lo contamos hace meses en este blog) el renovado Campeonato de España de Velocidad.
Por esas tres competiciones ha pasado un todavía joven piloto llamado Xavi Forés. Al Mundial de Supersport asociado a las SBK llegó quizá demasiado bisoño, pero le sirvió y mucho para curtirse entre gente de un nivel competitivo altísimo.
Acostumbrado por su corpulencia a las motos de gran cilindrada (era igual de rápido que Faubel o Barberà en las categorías de formación pero le pasaban porque su mayor peso le quitaba décimas), pasó al CEV para arrasar con cualquiera de las motos que le iban dando. Y muchos pensaron que quizá era su momento. Como lo hizo Jorge Martínez Aspar, que le dio una montura en su equipo para la todavía categoría de 250 centímetros cúbicos.
Sin embargo, apenas duró media temporada, tiempo en el que no pudo realizar un resultado correcto ni en los test ni en las carreras. Y asumió que debía volver al habitat donde se sintiera más cómodo, retomando su buen nombre en España con triunfos y podios en su certamen fetiche.
Quizá por eso en Ducati le llamaron a finales del año 2012 y le dieron la moto que hoy conduce, con la que es favorito en su categoría y donde disputa pruebas alternativas en Portugal, donde también se sube a lo más alto del cajón.
¿Se puede considerar un fracaso su carrera o un gran éxito mantenerse en la ‘segunda’ élite durante muchos años? Quizá Xavi sea una metáfora de la vida actual: antes el éxito era ser el TOP, pero hay muchas personas que pagarían por estar más de un lustro montados en una moto por los circuitos de España.
Él, de momento, es un referente en algo. Cierto es que no está a la altura de Bryan Staring o Yonni Hernández. ¿O quizá sí? Habría que preguntarse quién disfruta más: el último de la parrilla de MotoGP que queda a una vuelta de Márquez o el primero de la del CEV que pelea cada dos fines de semana por acabar ganando carreras.