Basada en el clásico de Akira Kurosawa, Los siete samuráis, Samurái 7 reinventa la historia trasladándola a un futuro lejano en el que las máquinas y las armas de fuego adquieren protagonismo con respecto a las espadas.
Contexto: Años antes, había tenido lugar una gran guerra en la que habían luchado los samuráis, cuando acabó, estos se quedaron sin trabajo, muchos se convirtieron en bandidos (nobuseri), otros buscaron otras formas de ganarse la vida.
La historia, como en la película, se centra en una aldea agrícola, Kanna, que intenta librarse de unos bandidos, llamados nobuseri, que año tras año roban la cosecha de arroz a sus habitantes. Ante esta situación la sacerdotisa del agua, llamada Kirara viaja hasta la ciudad acompañada de otro aldeano, Rikichi, y de su hermana Komachi para buscar a un par de samuráis que derroten a los nobuseri a cambio de arroz.
Allí se encuentra con Kambei un samurái que siempre ha acabado en el bando perdedor y que se erige por propia decisión de Kirara en líder del grupo. Tras él llegan los demás, Katsushiro, el joven que aspira a ser samurái que termina siendo el aprendiz de Kambei. El siguiente es Gorobei, un ex-guerrero que ahora se dedica a entretener a la gente en la calle con trucos como detener flechas con la mano. Después, se les une Shichiroji, compañero de armas de Kambei. Shichiroji abandona su negocio de post-guerra y a su novia para unirse de nuevo, a su antiguo compañero de armas. El siguiente samurái es Heihachi, un verdadero amante del arroz y experto en mecánica. Con una expresión de eterna sonrisa, como Gin (Bleach) y Sai (Naruto), símbolo de astucia. Kikuchiyo es el samurái máquina del grupo. Escandaloso siempre la está liando, para Kambei es una molestia aunque acaba reconociéndole la valía. El último que se une a los siente el Kyuzo, un samurái reservado que originalmente trabaja para un mercader, enemigo de los samuráis. Sus habilidades con las dos espadas de doble filo son superiores a las de Kambei y desea batirse en duelo con éste. Por eso, abandona su trabajo y parte hacia Kanna, aunque nunca llegará a cumplir su deseo.
El supermalo es Ukyo, el hijo adoptivo de un mercader llamado Ayamaro que le crió consentido, frívolo y egoísta. Personalindad extremadamente cruel que esconde bajo una máscara de amabilidad se enamora de Kirara cuando la ve en la calle. Pero en los eternos amores no correspondidos de los mangas, Ukyo desea a Kirara pero Kirara confiesa en uno de los últimos capítulos finales que está enamorada de Kambei, Kambei le rechaza y ella, a su vez, hace lo propio con Katsushiro.
Tengo un problema muy gordo con los personajes de este anime y es que la mayoría me son indiferentes. Por si fuera poco, el protagonista, Kambei me cae como una patada en el culo. No entiendo muy bien por qué pero es así. Intentando buscar explicaciones a esta indiferencia negativa el único razonamiento que veo es que estos samuráis son demasiado académicos, le intentan buscar una explicación trascendental a lo que son. Y yo, que tengo como modelo de samurái a Manji (La espada del inmortal), pues no me termina de convencer el que, en el fondo, se den tanta importancia, cuando lo único que que hacen es asesinar. Sin embargo, parece que, salvo Kyuzo, todos los demás rechazan esa idea y buscan un origen noble y justo, creyéndose nobles y justos, mejores que cualquiera. Una dignidad demasiado artificial para mi gusto.
Pero como no quiero terminar así diré un par de cositas positivas. Por un lado la animación es bonita y tiene un toque original ya que mezcla el dibujo tradicional con una animación descaradamente hecha en 3D en lo que respecta a los robots y máquinas nobuseri. En segundo lugar, este anime tiene uno de los openings más bonitos que he visto. También es de agradecer que no se limitaran a copiar en dubujos la película de Kurosawa y que se arriesgaran introduciendo elementos tecnológicos.
Opening:
Ending: