Siento mucho la larga ausencia. La semana pasada fue semincera, demasiadas películas en poco tiempo y esta semana está siendo complicada y el sueño me impide leer o mirar fijamente a una pantalla durante mucho tiempo. De todas maneras estoy haciendo un esfuerzo para matar soldados de Bohan en ‘Heavenly Sword‘. Desde que pasó por mis manos ‘God of War III‘ he estado buscando alguno que se le parezca todo lo posible así que, por casualidades de la vida, llegó a mi conocimiento este videojuego ya viejito (de 2007) que tiene bastantes movimientos del famoso dios de la guerra. De hecho si realizas una búsqueda de Heavenly Sword en Google salen varios textos en los que los comparan.
La historia de la espada celestial es la de Nariko una heroía maldita que quiere vengar a su padre. Nariko pertenece a un clan destinado a proteger la Espada Celestial y si ella hubiera nacido varón hubiera estado abocada a llevar a su familia a un glorioso futuro, pero no fue así. A pesar de todo, cuando su padre, Shen es capturado a ella no le queda más remedio que empuñar el alma para salvarle. El caso es que la espada está hecha por los dioses y para los dioses por lo que consume el arma de cualquier mortal. Nariko significa ‘trueno’ en japonés.
Con ella, los personajes principales son su padre, Shen, el jefe del clan y custodio de la espada cuando empieza todo. Bohan, el malo de la película el personaje que quiere la espada y se acaba obsesionando con ella, un rey sanguinario que quiere doblegar a todos los pueblos que él considera salvajes. Por último está Kai, la ‘hermana’ de Nariko. El clan de Kai ha sido exterminado, su madre fue asesinada delante de ella lo que hace que sea anormalmente infantil con 18 años. Kai parece un gato y movimientos felinos, características de su clan.
A mi me llama bastante la atención los insultos que profieren los soldados a Nariko en plena lucha, como ‘zorra’ o ‘bruja’, también le dicen que está poseída. Supongo que a este tipo de juegos juegan sobre todo hombres pero si quién tiene el mando es una mujer la cosa cambia un poquito. Por lo menos a mi me afecta, pero para bien, que me insulten me pica y me convierto en una máquina de matar… con los mandos, claro.
-MEG-