Durante el último mes, bueno más bien durante los últimos días ha habido unos cuantos retornos. Por fin ha salido el penúltimo tomo de Full Metal Alchemist pero sobre todo Peace Maker ha acabado con su parón. Parece ser que Nanae Chrono ha vuelto y aunque no promete velocidad (dice que tiene que pensar cómo va a continuar la historia) por lo menos asegura que la espera no será tan larga como la última vez. El caso es que ayer pensé que tengo que volver a empezar. Hace tanto que me leí los cinco primeros tomos que cuando metí mano a este, el sexto me di cuenta de que andaba muy perdida. Y eso que ya empieza palmar gente, Heisuke, en concreto. No creo que descubra nada nuevo ya se sabe lo que va a pasar y que a partir de aquí todo será mucho más oscuro y depresivo.

Continuar leyendo…

Pero no todo fue darme cuenta de cosas malas. También recordé porque me gusta Peace Maker, sobre todo porqué me gusta tanto el Hijikata de Nanae Chono. Es cruel, sofisticado, elegante y sangriento. Si sonriera un poquito más sería perfecto pero vamos se subsana con que le dibuje fumando en pipa. Me encantan esas pipas y me encantan por su culpa. Es tan glamuroso.

El segundo retorno es el del anime de Gintama ¡por fin! Soy tan feliz. Ahora, si alguien encuenta un fansub decente que me lo diga. La vuelta no decepciona, he de decir. La cosa está más loca y más absurda que nunca. Y cuidado que suelto spoiler. ¿A Kagura la va a dejar así en plan estrella de Playboy? Me encanta. Bueno, ya me gustaba antes. Es (era) una cría pasionante, ahora es una mujer rodada en la vida. Aparición de Gin a lo Bola de Dragon Z, ¿o es Kai? Ya no lo se. ¿Lo de que Kondou se ha casado con Otae va en serio? Me ha encantado. Pero la escena que se lleva la palma (a parte de la entrega a domicilio de Sadaharu) es la de Shinpachi – Kyubeii (del revés) con la aparición estelar de Katsura. A ese chico no le sala nada bien. Que ganas tengo de ver a Hijikata y a Okita, en serio.

– MEG –