Ryszard Kapuscinski sostenía que los reporteros significan un grupo especial entre los periodistas: entregan tiempo, ambiciones, aspiraciones y energía para cumplir con su oficio. Dedicación, concentración y reflexión permanentes constituyen su savia. Menos mal que el maestro polaco nunca tuvo que cubrir un debate electoral en la era de Twitter.
Los equipos de uno y otro candidato intentaron ganar el ‘otro debate’, el de las redes sociales, bombardeando con ‘tuits’ o ‘sms’. “Rubalcaba a comido pollo y un kiwi”, informaban desde el PSOE. “Rajoy aguarda el debate tomándose una Coca-Cola light”, contraatacaban desde el PP. “¿Le ha puesto limón o no a la Coca-Cola”, preguntaban con tono irónico en la sala de prensa
Más allá de vencedores y vencidos, el debate de los 800.000 euros y los 12 millones de espectadores tuvo otros titulares, tal vez con menos glamour.
¡Desalojen!
Rubalcaba y Mariano Rajoy, se le olvidó que los hay periodistas que tienen seguir trabajando, incluso cuando los focos se apagan. A la una de la madrugada, cuando Rajoy y Rubalcaba repasaban con amigos y colaboradores el devenir de su mediática discusión, profesionales de prensa, radio y televisión aún se mantenían al pie del cañón. Una productividad que los organizadores no tuvieron en cuenta, ya que a la una de la madrugada, miembros de la seguridad del Palacio de Congresos de Madrid advirtieron a compañeros de ABC. Radio y de RNE que serían “desalojados” si en diez minutos no se habían marchado. Sin palabras.
En la primera imagen, compañeros de ABC. Radio y Cadena Cope, antes de la amenaza del desalojo; en la segunda, Cristina Pardo, de La Sexta, prepara uno de sus directos durante uno de los turno de palabra de Rajoy.
La igualdad no llegó al catering
Una de las partidas que más llamó la atención en el alto presupuesto de este cara a cara fue la del catering. Para que nadie se lleve a engaño, a los periodistas tan sólo llegaron bandejas de tortilla de patata y medias lunas de salchichón. Nada de dispendios, eso quedó para las plantas nobles, porque aunque no se vieron durante la retransmisión, al Palacio de Deportes asistieron varios centenares de invitados. En la imagen, parte del catering para la caballería mediática.