El del ‘9’ es un debate universal en el fútbol. En los últimos días nos hemos visto inmersos en dos. Jugosos. Uno hace referencia a la selección. El otro, al Real Madrid. Diego Costa ha sido el nombre estelar en el primero. Conocido el movimiento de la RFEF ante la FIFA para ver la viabilidad de poder alinearle, las intenciones del delantero y la reunión mantenida con Del Bosque y varios de sus colaboradores, la pelota está en el tejado del rojiblanco. Diego le hizo saber al seleccionador que su intención es vestir de rojo. Ahora, Scolari, que antes le ignoraba, ha dejado caer en las últimas horas que tiene sitio entre los futuribles para el Mundial, aunque Fred es su favorito como principal referente en el ataque. En noviembre, Brasil y España afrontarán sus dos últimos amistosos en 2013 y la incógnita será despejada. La situación se asimilará a un sorteo, cuya bola caliente llevará el nombre de Diego Costa.
La canarinha parte con ventaja, pues su lista se conocerá una semana antes que la nuestra. Por tanto, Diego Costa deberá decidir sobre la marcha. No me gustaría estar en su pellejo. Le tocará emular a Hamlet. Aceptar la llamada de Scolari o cumplir con su palabra dada a Del Bosque. Ser o no ser… Pero mejor deshojando una margarita que preguntándoselo con una calavera entre las manos. Un pétalo, amarillo. Otro, rojo. Por un lado, su condición de brasileño y poder jugar un Mundial en su casa. Por otro, hacerlo con los mejores futbolistas y con la campeona del Mundo. Ser o no ser… he ahí la cuestión, el dilema para Diego Costa. Y también para nosotros. Nos hartamos de decir que nuestros equipos tienen que contar con más plazas de jugadores nacionales y ahora se aboga por la inclusión de Diego Costa en La Roja. Choque de contrastes. Nadie duda de la calidad del rojiblanco, pero yo no acabo de digerir que él ya haya vestido de amarillo, aunque fuese en dos bolos. No comparto lo del cambio en la reglamentación. Si un jugador es alineado en un partido, bien sea amistoso u oficial, ya es internacional. Sigo siendo un romántico.
De puertas para adentro, a Negredo, Villa, Fernando Torres, Fernando Llorente, Soldado les toca hacer el papel de ser políticamente correctos. No hay que ir a estudiar sicología a Harward para entenderlo. La irrupción del colchonero les perjudica, pero el tópico de la competencia, suena falso. Ellos, como todos, sabemos que si es convocado tendrá un dorsal seguro para Brasil. Otros, como Michu, que ha estrenado internacionalidad, o el mismo Morata, que viene embalado, también se verían lastrados con la inclusión del punta. Pero ya se sabe. En el fútbol mandan los resultados. Y si a día de hoy, si Diego Costa está de dulce y se le puede acoger a la causa hispana, ya se sabe… mejor coger un pájaro que ciento volando.
Otro que debe decidir ‘su’ dilema es Ancelotti. Benzema y Morata tienen afinada la puntería tras el virus FIFA. Dos goles cada uno con los ‘blues’ y con ‘La Rojita’, respectivamente. Bueno, con la salvedad, que el canterano anotó en el último partido ante el Levante. Ese dato, con otro entrenador, le daría ventaja con respecto a Karim, pero ‘Carletto’ tendrá también que emular al personaje de Hamlet y cambiar el ‘Ser o no ser’ por “Benzema o Morata… he ahí el dilema”. Seguro que no echará mano de una calavera para decantarse por uno u otro. Tampoco le veo con una margarita. Pero sí, moviendo las cejas. En especial, la izquierda. En ella estará la solución y la respuesta al dilema.