Seminci – Caro Diario. Jueves 23 de octubre

Debo empezar por la más ubicua de todas, la de Javier Angulo, en la prensa y en la calle, mañana y noche, siempre teñida de alegría sobre un cerebro optimista. Así queda reflejado en la fotografía que abre el catálogo oficial. Ahí le falló su pertinaz chaqueta de espiguilla anticorbata, aunque tampoco le va mal ese juego claroscuro robado a Jack Palance.

La otra cara que le disputa la superficie de la prensa es la de nuestro alcalde condal (robo la palabra a Tomás Hoyas), pero al revés, siempre enfadado o a punto de reñirnos cuando recoge la acreditación, en la presentación de las jornadas de cine y vino o en los saraos de las tapas. Tal vez sea una lograda estrategia para resaltar la sonrisa de la teniente de alcalde.

Caras jóvenes, muchas, en las butacas de los cines. Rostros sin apenas arrugas, pelos asimétricos y mucha pantalla que manda selfies, que tarda en apagarse. La fecha de mi DNI aumenta en unos dígitos la media de la sala, maldición. Bueno, algún quinto me conforta un poco el horizonte.

Mi azafata preferida remata cada frase con un “gracias”, o un “perdón, perdón” cuando no logra darme la butaca de mi manía. La vida atropellada de la semana es más fácil con la cara de esta rapaza morena, morena de ojos, de cabello, de tez.

Sonrisas de cine. A la entrada de cada sesión me entregan, machaconamente, publicidad de una clínica dental. Las hojas rebosan el bolsillo de la chaqueta llena de caras que lucen incisivos y paletos, aunque las gafas azules de los clientes te llevan al anuncio de una óptica. Sonrisas de cine, tapas de cine, vinos de cine, lo que da de sí este evento y este invento.

Ashleigh Cummings y Aliki Matangi son las actrices que prestan sus caras a la australiana ‘Galore’. Nada quedaría de ellas en el recuerdo de no ser por el importante récord que tal vez ostenten sin saberlo. Me apuesto lo que me pagan por esta colaboración a que entre su boquita pintada y la de sus colegas adolescentes han multiplicado el vocablo “fuck” por encima de los 569 exabruptos que había conseguido Martin Scorsese en ‘El lobo de Wall Street’.