Creo que la primera presencia que registra mi memoria de una película española en la Seminci es ‘El Cristo del Océano’, dirigida por Ramón Fernández en 1971. Y no es un recuerdo de cinefilia juvenil, sino de escandalera pública. Pateos, cómo es posible, qué pinta esto aquí… (las ganas acumuladas en la noche franquista aumentaron la protesta). Esa pía película parecía trazar una larga vocación de, cómo decirlo, desentendimiento, desatención, olvido del cine español que arriesgase y mereciese la pena. Las ocasiones de enmendar fueron muchas y aprovechadas, desde aquellos inolvidables ciclos de Edgar Neville en adelante, a la presencia fija del Spanish Cinema (título mejorable). Y ahora también DOC. España, y la atención a las escuelas de cine, y la noche del corto, y tantas cosas más.
Pero la Sección Oficial… Repaso las películas españolas de las últimas ediciones, y solo acierto a guardar los estrenos de Isabel Coixet y la delicadeza de Mar Coll en ‘Todos queremos lo mejor para ella’. Creo que lo único realmente memorable fue el pase de ‘Vidrios rotos’, el fragmento de Víctor Erice para la colectiva ‘Centro histórico’ que tantas emociones dejó.
Este año ha empezado con una elección nada afortunada, ‘Tu hijo’, de Miguel Ángel Vivas. Espera luego ‘Jaulas’, del debutante Nicolás Pacheco, y una coproducción con Argentina, ‘Mi obra maestra’, de Gastón Duprat. Pero es que si sacamos la cabeza y miramos alrededor, veríamos una oleada de títulos y nombres renovadores en el cine patrio como pocas temporadas se han dado. ‘Las distancias’, ‘En las estrellas’, ‘Carmen y Lola’, ‘El reino’, han ido estrenándose al final del verano. ‘Viaje al cuarto de una madre’ estaba en cartelera en los días previos al festival, y pronto llegarán los nuevos títulos de Isaki Lacuesta, Carlos Vermut, Anna Schulz, Elías Simón Siminiani, Jaime Rosales…, algunos con hueco ocasional en Spanish Cinema, pero, ¿acaso les falta categoría para el ascenso a la Sección Oficial? El mal fario de aquel remoto cristo oceánico parece que se perpetúa año tras año en una presunta desgana.
(Caro Diario – Seminci 2018)