‘Alice Junior’, de Gil Baroni
‘Moneyboys’, de C. B. Yi
Lleva muchos años el cine ocultándonos sus hallazgos, casi desde1895. La transparencia de sus trucos es una de sus máximas imperecederas. Transparencia que facilita el encantamiento del espectador, sin distracciones con lo secundario. Desgraciadamente el equipo que encabeza Gil Baroni para producir ‘Alice Junior’ olvida totalmente la regla, y echa mano sin disimulos de toda la parafernalia digital: subrayados luminosos, pantallas múltiples, banda sonora continua, presencia de las redes… La supervivencia adolescente de Alicia se carga con tal aluvión de carpintería digital que se hace difícil seguir, y sobre todo compartir, la lucha de esta chica trans.
En el lado opuesto se coloca la película taiwanesa ‘Moneyboys’. A pesar de ser la primera que dirige C. B. Yi, la madurez transparente de su planteamiento se impone desde la primera escena. Planos de amplio formato, atmósferas dependientes de la fotografía, intérpretes que imponen el silencio de su congoja. En la línea del gran cine chino de los últimos años, desarrolla una historia íntima sin dejar de mirar a la sociedad en la que transcurre. Los protagonistas solo son capaces de salir adelante con la venta de su cuerpo en la prostitución de las grandes ciudades, y al tiempo no se quieren desligar de su familia rural, del aprecio de sus cercanos, de la unión con los vivos y los muertos. El desgarro entre lo viejo y lo nuevo, tan presente en el último cine oriental, unido a las heridas que va dejando una vida al límite destruye las sonrisas juveniles de los primeros tiempos, que quedan como un recuerdo vacío en la secuencia que cierra esta notable obra.
(festival Cinhomo)