Seminci. Caro Diario.
Es un rincón extraño, uno más en esta Seminci plural e inabarcable. Lleva un título descomprometido, “Proyecciones especiales” y en él se acogen documentales sobre Gandhi, Tequila, Ian Gibson, Jeanette, Remedios Varo, Val del Omar…, más algunas investigaciones artísticas. Ay, si tuviera tiempo, la coletilla que salta siempre en estos días de tentaciones sin medida.
Sí tuve tiempo, y fortuna, para ver con antelación una de ellas: “Luis Cernuda, el habitante del olvido”. Adolfo Dufour, un viejo cómplice del festival con premios en Tiempo de Historia, se ha metido hasta las cejas en la vida y la obra de este poeta al que fulminó el mismo rayo que a los de toda su generación, la más importante de la historia literaria de este país. Basta con mirar esas fotografías del grupo en Sevilla en 1927, reunido en torno al centenario de Góngora: Rafael Alberti, Jorge Guillén, Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso…, más un Luis Cernuda recién llegado, el más elegante de todos. Y luego la República, la guerra, la derrota, la diáspora. Qué años más desgarradores.
“Un día tú, ya libre/ De la mentira de ellos,/ Me buscarás”. Son los versos finales de “Un español habla de su tierra”, escritos en los primeros años de su exilio sin retorno. La película es fiel al mandato del poeta, “Me buscarás”: le busca y le encuentra en sus versos y en sus complejas vivencias. A mí me agarró tan fuerte por el cuello y el corazón que al acabar la proyección bajé de mis estantes los libros del poeta, el catálogo de aquella exposición en la Residencia de Estudiantes en 2002, todo lo que me acercase a Luis Cernuda. Y musité una vez más su “1936”, que se abre con aquel “Recuérdalo tú y recuérdalo a otros”.