Seminci. Caro Diario.

Me telefonea una amiga que tiene añoranza de su vida universitaria en esta ciudad: “He visto ‘Voy a pasármelo bien’ y me ha entrado una nostalgia enorme de Valladolid. En cuanto pueda voy a dar una vuelta por ahí”. El sorprendente musical de David Serrano está haciendo por la ciudad mucho más que cualquier promoción emprendida por las rancias instituciones. Además de su riesgo escenográfico y del acierto en el reparto, la película arma un repaso de Valladolid que logra eludir las sombras que afean nuestras calles. Muy alto le ha puesto el listón a “Memento Mori”, el rodaje que tenemos en marcha originado en la novela de César Pérez Gellida.

Valladolid en el cine. En la exposición de la casa Revilla que vincula a Miguel Delibes con el cine, se recuerda el paso de Orson Welles para rodar unas escenas de su “Mr. Arkadin” en el Museo Nacional de Escultura, en donde el escritor y otros paisanos suyos participaron de extras en un baile carnavalesco. También fue Miguel Delibes hasta Torrelobatón en pos del rodaje de “El Cid”. Lo que no sé es si estaría al tanto del trabajo de Val del Omar, “Fuego en Castilla”, centrado en el mismo museo, que exhibe orgulloso una copia de tan excelsa obra.

Valladolid con el cine. La Seminci es su mejor prueba, pero no la única. Siempre se cita la creación de la Cátedra de Cine en la Universidad de Valladolid, con su curso de Cinematografía como actividad más sostenida y relevante. Pero otra actividad académica, un Máster de Cine promovido por la Seminci y la misma Universidad, ha entrado en absurda competencia con el de la Cátedra hasta agostar el de esta. Al menos le queda aliento a la Cátedra para seguir llevando buen cine semanal al aula Mergelina. Gaudeamus.