Caro Diario
Llega la Seminci con nuevo director, José Luis Cienfuegos, elegido por unanimidad en el comité de selección. Bienvenido y bien hallado quien levantó el festival de Gijón, el FICX, hasta alturas asombrosas, y quien supo revitalizar luego el festival de Sevilla.
Es necesario anotar dónde y entre quién nos movemos. Cienfuegos sabe mucho de eso. Su salida del FICX se debió, si mal no recuerdo, a un cambio político en el Principado que diluyó sus logros, y del que ha tardado el festival en recuperarse. Curiosamente Sevilla y Gijón han sufrido en estas semanas pasadas ataques en profundidad. Sevilla ha salido con una edición recortada. En Gijón el conflicto ha venido por las decisiones que iba tomando por su cuenta la nueva concejala de Cultura del Ayuntamiento: cerco a las iniciativas LGTBI, creación de premios ligados a “los valores de Vox” y trabas a lo que venga hablado en asturiano (¿qué les ha hecho mi pobre lengua materna?). La ruptura del gobierno municipal, con Vox apartado de sus cargos, parece que ha traído la paz al FICX.
Cienfuegos detiene su capilaridad facial en las patillas, pero no debería olvidar lo de las barbas del vecino. El vicepresidente de la Junta no deja ocasión de tildar al cine que vemos estos días de “sectario” y de “ideológico” (del uso del asturiano no dice nada). El alcalde Carnero, en la decisión más prudente que ha tomado, ha dejado a la Seminci fuera de la Cultura gobernada por Vox, para protegerla en el limbo de Turismo. Con lo sencillo que es ajustarse a lo que cada cargo exige y asume: respeto e independencia. Cienfuegos ha sido elegido tras inmaculado proceso, tienen un currículo inigualable, y ojalá ningún político le llame salvo para que le explique alguna secuencia.