Seminci – Caro Diario. Sábado 25 de octubre
Unas páginas más atrás de esta esquina he ido dejando la reseña diaria de la sección Punto de Encuentro. Han sido 15 películas con un único nexo de unión: que supusieran el debut de su director en el largometraje, o en todo caso su segunda obra. Por lo demás la variedad de origen es total: Croacia, México, Bélgica, Palestina, España…
¿Qué se podía esperar de una colección de obras de este tipo? Ilusión, inexperiencia, pasión cinéfila, primacía de fondo sobre forma, ganas de abarcarlo todo, de abrasar la pantalla. Poco de eso he encontrado. Salvo alguna excepción como la turca ‘Gözümün Nûrn’, casi todas presentaban una historia de molde clásico sobre un pulido acabado técnico. Es cierto que muchos directores venían con una amplia trayectoria en televisión o en el documental. Pero en bastantes casos llama la atención la, cómo decirlo, amabilidad, sensatez, cálculo. Y mejor una agradable comedia que otro género más espeso. El enfoque político o el debate ideológico, aquel en el que se enredaron algunas de las mejores cabezas europeas, ni rozarlo. La experimentación, el derribo de convenciones, la provocación o el desafío, ni soñarlos. Obras más bien aseadas, con su colchón musical y un embudo final que deje al espectador tranquilo ante los títulos de crédito. Sí, ha habido excepciones, obras de altura como la palestina ‘Villa Touma’ o la israelí ‘At li layla’, o delicadas como la mexicana ‘Las horas contigo’. Pero me pregunto si esto es lo que cabe esperar de un grupo de escogidos debutantes en un festival que presume del cine de autor.
Los caminos de selección de películas tienen que ser por fuerza complicados. Hay muchos festivales, y supongo que bastantes obras quedan fuera de las posibilidades de la Seminci. Pero un cine de mucho más riesgo es perceptible en nuestro país, y seguramente se dé en otras geografías. En mi opinión habría que abrir las ventanas de esta sección para que fuera realmente un punto de encuentro de lo nuevo, de lo imperfecto pero apasionado, de lo que por su atrevimiento merece el empujón de su presencia.