Dicen que este año 2011 será terrible, de lo peor que hemos conocido. Y, mejorando lo presente, también que el 2012 será un compendio
de catástrofes y horrores e, incluso, llegará el fin del mundo según
una infumable película de Hollywood.Todo muy ilustrativo de
los tiempos de pesimismo que nos toca vivir.
Dijo Guerra –el político, que no
el torero– con la llegada al poder del
PSOE en los movidos 80 que ‘vamos
a dejar España que no la va a
conocer ni la madre que la parió’. El
veterano político –’Hay Guerra para
rato’, aseguró en otra ocasión– lo
decía en tono positivo, de progreso,
aunque los contrarios lógicamente
se lo tomaron por otro lado.
Y en esa línea guerrista están las
apuestas en Segovia para este 2011,
con cuatro previsibles cambios que
pueden modificar la fisonomía de
cuatro pilares de la sociedad segoviana.
Así lo he apostado con mi
compañero del periódico CarlosÁlvaro
y con la bicefalia del PP provincial,
PacoVázquez y Miguel Ángel
de Vicente, quienes no creen
mucho en mis profecías.
Pero lean y luego digan si mi vaticinio
es infundado o no.
Por orden cronológico, el primero
de los cambios se produciría en
Caja Segovia. Convendrán conmigo
en que todos los indicios así lo
señalan. El director general, Manuel
Escribano, vivirá mañana su último
día de trabajo porque se prejubila
y otros irán detrás, en una rumorología
desatada, y entre ellos
Atilano Soto, su presidente. Y sin
Escribano ni Soto y con la integración
en el SIP de Caja Madrid, nada
será igual a lo que hemos conocido
hasta ahora. Mientras el proceso
electoral en la entidad de ahorro
continúa, lento pero seguro, como
rezaba la publicidad hace muchos
años de la autopista del Mediterráneo,
de las primeras de España.
La siguiente pata de este banco
de mudanzas es laAlcaldía de la ciudad.
Pedro Arahuetes puede romper
la profecía si el 22 de mayo consigue
ganar por tercera vez; sin embargo,
si el elegido es Jesús Postigo,
el vaticinio se habrá cumplido.
Y la tercera entidad, de gran raigambre
social, que puede vivir una
variación importante es la Gimnástica
Segoviana, un veterano club
que navega por Tercera División
desde hace muchos, demasiados,
años. Si logra el ascenso, que todo
puede ser, la transformación sería
imparable e incluso hasta convertirse
en sociedad anónima deportiva,
como así lo aconsejaba hace
unos días en este diario el concejal
de Deportes, Javier Arranz.
Dirán ustedes que, hasta ahora,
no les revelo nada, que todo esto es
muy previsible y que me puede fallar
lo del Ayuntamiento y lo de la
Segoviana, que en política y en el
fútbol el factor suerte a veces influye
más que el talento.
En la cuarta pata, seguro que ya
les descoloco algo. Es la de la Asociación
de la Prensa de Segovia, una
organización con casi un centenar
de asociados y que tiene cierta ascendencia
social, aunque solo sea
por aquello de representar el cuarto
poder. La directiva que encabeza
Alfredo Matesanz llevamás de
un decenio llevando las riendas, sin
convocar elecciones porque dicen
que hasta ahora nadie lo había pedido.
Un grupo de periodistas jóvenes
ha dado el paso y su solicitud
ha encontrado respuesta y, previsiblemente,
en septiembre habrá
comicios. Dos candidaturas se prevén,
la de ahora y la nueva, y si gana
esta última pues habrá cambio, el
cuarto posible.
Ya lo tienen, cuatro cambios para
un año, algunos conmás posibilidades
que otros. Si acierto el pleno
les prometo no vanagloriarme y
contar eso de ‘ya lo decía yo’. Pero
recuerden que aquí consta.