Votar IU=votar PSOE. Es una frase de las muchas que han jalonado las informaciones sobre el pacto en el Ayuntamiento de Segovia en elnortedecastilla.es . La web del diario ha echado humo estos días durante la larga, dura y difícil negociación para que al final Pedro Arahuetes sea alcalde por tercera vez consecutiva.
La semana ha sido movida, trágica para algunos y cómica, para otros. Los vaivenes de las conversaciones, desde el ‘no me llama’ de Luis Peñalosa al ‘prefiero morir de pie que vivir de rodillas’ de Arahuetes o el ‘pacto del retrete’ de José Ángel Frías, han trufado de lírica barata una fase previa a un acuerdo que, todos sospechaban, iba a llegar. Teatro, puro teatro o verdaderas inquinas personales, el caso es que las negociaciones no han sido un ejemplo edificante para el ciudadano. Y menos mal que esto los niños prefieren obviarlo, porque de lo contrario los adultos deberíamos haber salido en su defensa, por lo escatológico y hasta pornográfico del asunto.
Quienes sí opinan, y en masa, son los internautas, como les decía. Algunos aseguran de la formación de Peñalosa que son unos ‘iulusos’ porque tropiezan dos veces en la misma piedra y los socialistas –y más concretamente ‘el rey sol’, como califican a Arahuetes– les van a engañar y van a incumplir el pacto, como ocurrió hace ocho años. Otros aplauden el acuerdo, como lo más natural y hay quienes le dicen al de nuevo alcalde que habrá de cambiar nombres de calles, dejar de acudir a las procesiones e incluso no cantar antes de los plenos el himno de Segovia, ese que habla de una ciudad ‘guerrera y santa’. Bromas, chanzas y reflexiones serias se mezclan en esta plataforma abierta de opinión que es la web del periódico.
Pero no solo de política vive el hombre, a pesar de la extraordinaria situación en el siempre sorprendente Consistorio de la capital. La cultura no deja respiro y mientras ayer por la mañana el foco se posaba en el salón de plenos de la Casa Consistorial, la tarde y la noche eran para miles de ciudadanos anónimos que disfrutaron de la Noche de Luna Llena. Era la oportunidad de dar un último empujón a la candidatura a la Capitalidad Cultural Europea en 2016 ante la inminencia de la decisión. En esto ganamos todos, seamos votantes o abstencionistas activos o pasivos, que aquí hay unanimidad en el deseo de lograr el sueño.
Cultura de altura es también la instalación del entrañable José María García Moro en el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente y la concesión del premio de la música de la Fundación Juan de Borbón al director de orquesta italiano, Claudio Abbado, en un ceremonia espectacular, en el Alcázar. Música, muchos invitados y la política municipal, por supuesto, en el ambiente. Eran las horas posteriores al acuerdo y las previas al Pleno, lo que confería al acto una monomanía de la que era complicado sustraerse.
Y de lo que nadie duda es de que también será intrincado el mandato de cuatro años de Pedro Arahuetes. Con la espada vigilante de IU, la no menos en guardia del PP, la crisis económica y los indignados –por cierto, que se manifestaron durante y después del Pleno a la puerta de la Casa Consistorial con los de IU entre ellos en un curioso equilibrio– al regidor le esperan episodios cuando menos extraños. Él, como Emiliano Zapata, quería tierra y libertad y lo primero se lo dejan, aunque en usufructo, y lo otro, creo que será condicional.