>

Blogs

Jaime Rojas

La canaleja, crónica social de Segovia

El país multicolor

Admito que hasta hace muy poco tiempo daba algo de pereza hablar de política y, sobre todo, de políticos. Cortados casi todos por patrones parecidos, correctos y aseados, se escondían entre ellos las vergüenzas hasta que se descubría el pastel y ya no quedaba más remedio que tirar por la borda del barco a los que habían pillado. El ciclo se repetía una y otra vez, ahora PSOE, ahora PP; ahora escándalo de uno, ahora escándalo de otro.
Todo esto tan pactado nos sumió en un estado permanente de indolencia, de galbana colectiva, ante el aburrimiento generalizado que era la política y sus protagonistas. Solo episodios inolvidables como el director de la Guardia Civil, el increíble Roldán, en calzoncillos, o el cómico Aznar con las piernas encima de la mesa o diciendo con acento entre texano y del Gallo Claudio aquello de «estamos trabajando en ello» nos trasladaron de la atonía al asombro, que llegó a su punto culminante con las zapateradas, esas ilustres majaderías que nos acompañaron en la primera década del siglo. La crisis nos despertó del sueño infantil y nos agrió el carácter, situación en la que permanecíamos hasta ahora.
Pero esto ha cambiado. Exactamente desde ayer, fecha en la que se ha abierto un tiempo nuevo, se dice en el lenguaje bobo del momento. Un mundo multicolor ha llegado a los miles de ayuntamientos para sacarnos de nuestra desidia frente a la política. Ahora, los pactos, las coaliciones, el bla bla bla de todos y cada uno de los partidos, la política, en definitiva, es ya conversación de barra de bar, algo que no ocurría desde los albores de la Transición. Aquí hay tomate, algo de lo que debatir y ganas de opinar, que lo noto a cada paso que doy, porque me preguntan cómo veo la situación por aquello de trabajar en un diario.
Sin embargo, ocurre que ante el comienzo de una etapa –que no el inicio de una era, que no es para tanto– siempre hay quien desconfía, quien no está seguro de que esto mejorará su vida; son los que no desean encomendarse a los cambios y que prefieren lo de virgencita que me quede como estoy. A esos, a los aguafiestas que no quieren participar de este mundo feliz que nos ofrecen los políticos y políticas de nuevo cuño, he de decirles que comprendo su preocupación porque puede que los que vengan sean iguales que los que estaban, pero hay una ventaja: son más a vigilarse unos a otros, lo que beneficia a los ciudadanos.
Son pues más zorros y zorras a cuidar las gallinas y mientras se custodian entre ellos, deban negociar, ceder y llevarse razonablemente bien quizá las aves de corral que somos nosotros, los indefensos ciudadanitos, tengamos alguna posibilidad de que no nos engullan con sus cosas. Son depredadores, sí, pero en este tiempo nuevo, en esta etapa chachipiruli en la que dicen se devuelven las instituciones al pueblo –antes debían estar en poder de los marcianos–  son zorros bondadosos y de intachable conducta, que se hacen amiguitos de las gallinas a las que desean toda clase de buenaventuras.
Un mundo multicolor, decía, que arribaba a los ayuntamientos para formar un país también multicolor, como el de la abeja Maya, aquella que se hizo famosa por su alegría y su bondad. Disfruten del tiempo nuevo que parimos ayer, antes de que los zorros vuelvan a su ser y tengan que devorarnos porque así es su naturaleza.

Temas

Sobre el autor

Jaime Rojas, delegado de El Norte de Castilla en Segovia, nos contará, todos los domingos, la crónica social de Segovia, capital y provincia.


junio 2015
MTWTFSS
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
2930