Es curioso que a los lectores de periódicos deportivos les resulte más interesante la información sobre fichajes futboleros que la propia de las competiciones. Vende más el morbo de saber cuántos millones de euros cobrará el hipotético nuevo crack que si el equipo gana el campeonato. Como el cliente siempre tiene razón –frase más democrática que todos los programas electorales juntos– pues a satisfacer a los soberanos consumidores.
En política ocurre algo idéntico: nos interesa más quién ocupará un cargo después de la cita electoral que los propios comicios. Y aún más nos pone el dinero que van a percibir de nuestro fondo común, asunto que llevamos un poco regular y nos cuesta asumir.
La vieja Segovia y su provincia no podían ser menos en estos gustos generales por saber quiénes son los políticos agraciados y cuánto van a cobrar. El Ayuntamiento de la ciudad debate sobre sus liberados y el estipendio que recibirán y los motivos, con algo que parece lo único previsible: habrá subida en las remuneraciones. En la Diputación aún están en el primer tema para saber los nombres; el dinero vendrá luego.
Vista la situación voy a pasarme a las páginas de deportes, a ver los modestos fichajes de la Segoviana porque los otros me marean. Y pasaré también por estas planas de local para enterarme de cómo les ha ido en la carta a los Reyes Magos a estos políticos que buscan sitio en el sillón y en el bolsillo. Y que Dios reparta suerte y nuestros impuestos, también.