>

Blogs

Jaime Rojas

La canaleja, crónica social de Segovia

Solo quedan dos gatos

Once menos cuarto de la noche del martes pasado. Ha terminado el partido europeo entre los dos equipos madrileños. Hasta diez millones de personas dicen que en algún momento lo vieron por televisión. De esos, por una simple regla de tres, unos doce mil en la capital segoviana, más o menos. Y de estos, solo la cuarta parte en bares, que el encuentro era en abierto y se podía ver sentado en tu salón sin que nadie te incomodora.
Camino Calle Real arriba y de esos que se supone que salían, como yo, de los bares al terminar el partido ya casi ni rastro. Se han volatilizado y como almas que lleva el diablo han enfilado el sendero de casa con la esperanza de que su equipo dé la estocada en el encuentro de vuelta, que para eso están las segundas oportunidades. Me cruzo con alguno apresurado, hasta llegar a la Plaza Mayor, teórico santo y seña de la animación. Pues tampoco, nada de nada. Dan las once en el reloj del Ayuntamiento –que ya no se adelanta, que antes parecía también que el tiempo le apremiaba– y eso es un solar. Algo de viento, ligeramente fresco, hace el resto para justificar la desbandada general.
Trato de autoexplicarme qué demonios nos pasa, por qué nos hemos convertido en más caseros que las gaseosas, que diría el castizo. Busco argumentos en el dinero, la temperatura aún fría, el cambio de hábitos… y no hallo más que respuestas poco convincentes. Y tanto decirlo con los dos que quedamos a pie de plaza y codo en barra encuentro al ocurrente que con aplomo espeta: «Es que somos cuatro gatos».
Eureka, que ha dado en el clavo, que el tipo tiene más razón que un santo y una santa juntos pero no revueltos. Somos no cuatro, sino tres, le corrijo. Y muevo la cabeza y retorno a la memoria fotográfica para visualizar el último titular que escribimos sobre la descendente demografía segoviana. En la ciudad quedamos unos 52.000, acierto a recordar, cuando hace poco éramos más de 56.000 e incluso nos dábamos el gusto de crecer en número.
Resuelta con cierta simpleza nuestra inquietud, intento trasladar este asunto a la plaza mayor de cualquiera de los otros 208 municipios de la provincia. Me imagino por ejemplo en Cantalejo, Coca, Mozoncillo o los dos grandes, Cuéllar y El Espinar, localidades todas en las que la sangría de población se evidencia sin parar. Allí ya ni cuatro, ni tres, dos gatos, en silencio y hasta sin encender la luz para no molestar. Quizá ni han visto el partido, trato de consolarme. O es que no les gusta el fútbol o ir al bar, pienso de forma descabellada.
El censo pierde fuerza en casi todos con las honrosas excepciones del alfoz, de La Lastrilla, Hontanares o Palazuelos. Pero ni eso alivia mi desazón. Son pocos los que remontan y muchos los que naufragan en esta lucha sin cuartel contra el mayor de los problemas de esta tierra. La despoblación nos condiciona y por mucho que construyamos absurdos centros de interpretación de todo lo que ustedes quieran imaginar, llegará un momento en que aquí no se queden ni esos dos gatos que permanecen.
Vienen las elecciones y me juego la vida de uno de esos dos irreductibles gatos a que en la temida campaña todos hablan del problema pero nadie da con la tecla de lo que necesitan estos dos para quedarse. Tampoco conozco la fórmula, porque si la supiera ¡aquí iba a estar yo!

Temas

Sobre el autor

Jaime Rojas, delegado de El Norte de Castilla en Segovia, nos contará, todos los domingos, la crónica social de Segovia, capital y provincia.


abril 2015
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
27282930