Comienza a cumplirse ya 25 años de casi todo. Y 50 ó 75 e incluso redondos centenarios. En Segovia y por lo que atañe a esta casa, el aniversario es de plata. Cinco lustros como cinco soles, con mala rima pero con buena prosa, esa que ha llenado cientos de páginas del querido papel de periódico. Hacemos 25 años de la edición segoviana del decano de la prensa española y vamos a celebrarlo.
Pero en este naciente 2017 el antiguo Norte no estará solo en su fiesta. Como siempre le ha ocurrido. Otros se sumarán y otros también conmemorarán que ha pasado el mismo tiempo y ahí están, enraizados e ilusionados. Es el caso del Santana, el bar que nunca se cansa de proponer, y que es nuestro quinto. 25 castañas también le caen, con los hermanos que dejaron el pueblo para establecerse en esta pequeña ciudad de forma temporal y con la vista puesta en otros lugares de más oportunidades y habitantes. Así lo cuenta Kike, mientras se coloca su inseparable visera, para concluir que acertaron al quedarse en Segovia.
En igual tesitura de aniversario plateado está la agrupación musical Ensemble de Segovia, que dirige el cubano Flores Chaviano. O el Centro de Empleo Apadefim 2000, que se adelantó a su tiempo con el nombre y con la inclusión en el mercado laboral de personas con dispacidad. También se aprestan a cumplir idéntica edad, por ejemplo, la corporación Maestranza de Caballería. En la provincia, si se mira al noroeste en la histórica Coca verán que la marca embutidos Eresma celebra que salió al mercado hace dos decenios y medio. Pero si su vista es hacia el nordeste, la asociación Codinse, que tanto pelea con actividades de todo tipo en esa comarca muy castigada por la despoblación, cumple los mismos años.
Sin embargo, no solo acceden a esa maravillosa edad todos estos compañeros de viaje –seguro que la nómina es bastante más amplia–, sino que por supuesto también existen hitos que están de aniversario. El que estoy convencido que recuerdan y que ha marcado la vida en la ciudad es la prohibición de circular vehículos por debajo de los arcos del Acueducto. Sí, ya son 25 años desde que el Ayuntamiento entonces presidido por el alcalde Ramón Escobar aprobara una norma que preservaba el monumento, pero partía en dos el tráfico de la ciudad. Con el paso del tiempo, creo que hoy prácticamente nadie estaría en contra de la medida, aunque entonces levantó un entonado debate seguido de su polémica. Por una vez dejamos eso tan nuestro de esconder el problema y que parezca que no existe y lo afrontamos para resolverlo.
Fue un 21 de diciembre, y cosas del destino, ese día fue el primer número de este diario segoviano. Porque cuando se cierra una puerta se abre otra o así queremos creerlo cuando la vida nos voltea. Y no parece baladí que el aire fresco llegara por dos conductos: los arcos del monumento romano y las páginas de un periódico, en lo que es una coincidencia que siempre he pensado tiene su gracia y, quien sabe, si un fundamento que se nos escapa.
Habrá que celebrarlo, como les decía. Y lo haremos sin dar a elegir entre plomo y plata, frase que ha resucitado en boca de la recreación televisiva de Pablo Escobar, el narco más famoso de la historia de ese sucio negocio. Nosotros solo daremos plata para todos a lo largo del año con el objetivo de animarles a que sigan con nuestra amistad, pese a nuestras cosas. Disfrutemos de la plata, que cuando llegue el oro dentro de otros 25 años quizá seamos un león herbívoro, que decía el general Perón, y no estemos ya para muchas fiestas.