Por si a alguien le quedaba alguna duda, que siempre hay algún despistado, Zapatero clausuró ayer el congreso regional del PSOE para dejar muy claro que Óscar López tiene todo su respaldo y el de la Ejecutiva federal.
La irrupción de Óscar López en la escena política regional es la gran novedad de la legislatura. Y todo lo que debe tener de acicate para los propios socialistas seguro que Herrera confía en que se transforme en revulsivo para los populares, extremadamente aletargados en la complaciente situación a la que les ha abocado la falta de oposición parlamentaria, al menos una oposición parlamentaria al uso: activa, comprometida, constante, incisiva y alternativa. De todo esto ha carecido el PSOE y por eso el PP ya ni se acuerda de lo que es tener a un socialista detrás de cada consejero, de cada secretario general, de cada director general, controlando el uso del dinero público y el cumplimiento de promesas del PP.
Si el de ayer es el discurso con el que Óscar López ha quedado investido secretario general y candidato del PSOE a la Junta, hay que coincidir en que fue una buena presentación de credenciales. Sonó muy bien eso de que si no nos solucionamos nosotros los problemas no viene nadie a hacerlo; que hay que dejarse de lamentos; que no entiende por qué Castilla y León tiene por qué tener más pasado que futuro. Sonó muy bien. Además, en boca de un joven (35 años) que ha dicho una frase que es toda un lema de vida: «He venido para quedarme y para evitar que se vaya más gente de esta comunidad».
Va a tener un apoyo indudable de Zapatero y toda la Ejecutiva federal del PSOE. La frase de «Óscar, me llamas cuando quieras» en boca de Zapatero es todo un juramento de colaboración. Así que hará bien López en llamarle cuando, por ejemplo, sus compañeros de León pongan en duda otra vez la igualdad de los territorios, cada uno con sus peculiaridades y quieran crear subgrupos dentro del grupo parlamentario. Eso no sólo hace daño al PSOE, allá ellos; crea tal despiste en el ciudadano, que al final es fácil pensar que los socialistas no se toman en serio esta tierra. O que le llame para que de una santa vez el Ministerio de Fomento desbloquee el trazado de la autovía 122. ¡Qué daño hace a Castilla y León esa pachorra ministerial!
O que llame a Zapatero, en fin, para que además de ir a León tanto como va (y que siga muchos años yendo) vaya a Soria, o a Zamora o a Burgos o a Salamanca… Que hay nueve provincias, hombre.
Mientras se asienta y empieza a concretar cómo será su alternativa, López no deberá olvidar que el peor liderazgo es el que no se ejerce. Lo digo porque llegan los congresos provinciales. Ahí sí que hay lío…