La élite de la élite económica y empresarial consiguió reunir ayer Caja de Burgos, junto a Cecale y las Cámaras de Comercio, en Valladolid por segundo año consecutivo. El encuentro estaba previsto que lo abriese el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, quien se caracteriza por hacer visibles sus afectos, por dejar constancia de sus respaldos, por que consten las iniciativas que apoya y por que trascienda que el apoyo presidencial a un proyecto es un aval para quien lo pone en marcha.
De ahí que cuando quiere que una ausencia suya se note, vaya si se nota. Y ayer en la apertura del II Encuentro ForoBurgos Economía y Empresa, que reunió a la élite de la élite de este sector en la comunidad, Herrera quiso que se notara su ausencia. Vaya si se notó. El mensaje, sólo uno: Empieza a aplicar luz de gas (hace que trascienda su malestar, que cale que está enfadado, precisamente, por desplantes como el de ayer) a las entidades de ahorro y a algunos sectores del empresariado.
Muy molesto tiene que estar Herrera con cajas y empresarios para haber cancelado su asistencia al foro de ayer. Mucho. Pero, dada esa reacción, cabe cuestionar el instrumento pedagógico que han utilizado el presidente y el socialista López para trasladar a las cajas su plan para unir negocios e inversiones de estas entidades. En conversaciones privadas no hay dirigente económico, político o sindical que no alerte de los nubarrones que están encima del sistema financiero regional. Incluso recalcan que no es que lo digan ellos por que sí, sino que esta es palabra de la autoridad monetaria nacional. Entonces, si detrás de este acuerdo para crear Grupo Cajas Castilla y León está el Banco de España, ¿no deberían Herrera y López haber echado mano de este argumento desde el inicio?
Las cosas se han torcido. Mucha paciencia van a tener que mostrar Herrera y López para aguantar este envite. Que lo es; si no, Herrera no habría aplicado luz de gas.