Ha pasado ya suficiente tiempo (el domingo próximo, dos meses) desde que trascendiera la existencia del plan del PP y del PSOE para unir los negocios e inversiones de las seis cajas de ahorro de la comunidad como para que haya llegado la hora de formular varios interrogantes, después de los tumbos que está dando este proyecto.
El primero no puede ser otro: ¿Quién le ha diseñado al PP y al PSOE la estrategia para ponerlo en marcha? Desde luego, a quien haya sido no le propondrán como Premio Castilla y León a la Pericia porque (segunda pregunta), ¿cómo es posible que un proyecto promovido nada menos que desde la Presidencia de la Junta y respaldado por la Secretaría General del PSOE haya chocado con la oposición de las cajas, precisamente las cajas?
La politización de los órganos de gobierno de las cajas, que los propios partidos mayoritariossiempre han negado, como buenos fariseos, resulta que era la piedra de bóveda de la estrategia (aceptemos esta palabra como mal menor) para crear Grupo Cajas Castilla y León. Y a los dos máximos responsables del PP y del PSOE, Juan Vicente Herrera y Óscar López, quienes primero les han dicho que tururú al Grupo han sido dirigentes de sus partidos con asientos (¡y qué asientos!) en consejos de administración de cajas. Luego, por tanto, si ni tenían consensuado con los propios el asunto, como para que les respalden los ajenos. Alguien se ha equivocado en los planteamientos políticos y corre el riesgo de hacer quedar muy en entredicho, en terrenos más propios de lo grotesco, a los mísmisimos Juan Vicente Herrera y Óscar López.
Sobre esto circula en el PSOE castellano y leonés una teoría de la que emana un cada vez mayor número de voces que lamentan que Óscar López se echase tan en brazos de Herrera a la hora de respaldar este proyecto sin haber cerrado antes la estrategia que les evitara la más que comprometida situación en la que se encuentra ahora por estar tan cerca del presidente. Pero añaden, en tono exculpatorio, que pese al apoyo de López a Herrera, sería éste, por gobernar, quien asumiría todos los riesgos. Algo así como, “si sale bien, perfecto, estábamos haciendo región; pero si sale mal, Herrera tendrá que apechar con las consecuencias, que para eso es presidente”. Y no se dan cuenta de que si sale mal, el desgaste es para Juan Vicente Hererra, claro, pero también para Óscar López. ¿O se olvidan ya los compañeros de partido de éste del encuentro con prensa, radio y televisión en el que López estuvo tanto (si no más) entusiasta que el propio Herrera defendiendo el Grupo Cajas y reclamando a los medios de comunicación que lo apoyen?
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