Anguita y su «programa, programa, programa» han hecho escuela hasta tal extremo que El Califa es siempre recordado cada vez que una palabra se dice por triplicado. Ayer retumbó su recuerdo en los muros del Edificio del Consejo de Ministros del Palacio de la Moncloa, donde se celebró la reunión entre los presidentes Zapatero y Herrera.
Y es que si hubo una palabra que en ese despacho se repitió hasta la saciedad por parte del presidente de Castilla y León fue la de extensión. Con ella insistía el jefe del Ejecutivo castellano y leonés en que el nuevo modelo debe elevar el peso de la elevada superficie de la comunidad autónoma. Herrera enfatizó en sus intervenciones la parte relativa a la extensión, pero sólo obtuvo como respuesta por parte de Zapatero un (más o menos) “veré la forma de que esa variable pueda primar algo más en el modelo final”.
Pero el mensaje caló en el presidente del Gobierno de España. Les cuento. Zapatero tuvo un día azacaneado desde el punto de vista autonómico. Cuatro presidentes, cuatro, pasaron por su despacho para hablar del reparto de los dineros. El primero, Herrera. Justo cuando terminó la reunión con él, el presidente del Gobierno leyó una declaración institucional sobre el conflicto que mantiene Israel con Palestina. Al terminar, y sabiendo que Herrera había tenido la deferencia de esperar en una sala contigua a iniciar su rueda de prensa hasta que terminara dicha declaración oficial, Zapatero entró en la sala en la que aguardaba el presidente de la Junta y, en tono de broma, le comentó a modo de despedida: «Presidente, extensión, extensión…»
Y es que aunque a la Moncloa cada presidente va a sacar para su comunidad (tal vez porque la máxima catalana de que la pela es la pela es lo que al final cuenta; si no que se lo digan a Mariano Rajoy después de cómo salieron Esperanza Aguirre y Francisco Camps de la Moncloa haciendo saltar por los aires la unidad del PP sobre el asunto), entre los responsables de los gobiernos autonómicos empieza a haber una sintonía por encima de los partidos en los que militan. Lo puso de manifiesto Herrera echando ayer flores sobre su homólogo extremeño, el socialista Guillermo Fernández Vara a quien no dudó en parafrasear. Éste había dicho al salir de la Moncloa la víspera de Nochebuena que ni estaba satisfecho ni descontento con lo comprometido por Zapatero para la financiación: «Es que parece que si no sales de aquí con las dos orejas y el rabo, la faena no ha merecido la pena», lamentó Vara. Herrera acudió a este símil taurino para mostrar ayer su estado de ánimo tras hablar con Zapatero, pero cargó la suerte sobre lo poco claro que había estado su paisano leonés al hablar de dinero. Seguro que esto es objeto de larga conversación entre Fernández Vara y Herrera el próximo día 22 en Valladolid. La pela es la pela. Y la extensión territorial, extensión, extensión…