El relevo de la portavoz en la Diputación es el culmen de otro conflicto, uno más, de esos que a los socialistas les gusta estirar y estirar a base de poner cortinas a las situaciones polémicas. Lo de ayer no es más que el intento de solucionar un conflicto con dos años de retraso. Cuando se hacen las cosas así, lo que ocurre al final es que se acumula tiempo y lo que era un problema se convierte en crisis.
Hace dos años los diputados provinciales socialistas se inclinaron por Juan José Zancada como portavoz; pero la dirección socialista, encabezada entonces por Jorge Félix Alonso, obligó a que siguiera de portavoz Ana Vázquez. Dos años después, al PSOE no le ha quedado más remedio que quitarla del medio (llamemos a las cosas por su nombre, porque esto es una destitución en toda regla) y situar en el puesto a quien ya habían elegido los diputados hace dos años.
¿Qué ha ganado el PSOE con esto? Nada de nada. ¿Qué ha perdido? Mucho. Entre otras cosas, credibilidad y dos años para no sólo hacer oposición, que es lo más fácil de la política, sino para presentar alternativas, que eso sí que es complicado. ¿Conoce alguien en estos dos años pasados alguna propuesta sonora para el desarrollo provincial, de esas que dejan huella, que haya salido de las filas el PSOE? El nuevo secretario provincial socialista, Mario Bedera, tiene ahora una oportunidad de oro para demostrar que sabe sacar al PSOE de las páginas de sucesos y devolverlo a las de política.
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