Mientras en las cajas de ahorro el inmovilismo hacia la integración de negocios e inversiones campa a sus anchas, en el ámbito político se respira cierta tranquilidad. El presidente Herrera y el líder socialista López y sus ejecutivas han empezado a mostrar que por ellos no ha quedado, que han trabajado para que las cajas pudieran ir de la mano en un gran grupo que, además de garantizar la existencia de cada caja, permitiera agruparlas para hacer frente mejor a los riesgos, en un momento en el que la crisis ha empezado a llevarse a algunas por delante, como es el caso de Castilla-La Mancha.
En esta línea, se ha dado un paso más respecto a los consejos de administración y sus componentes, que no es otro que advertirles de que ha llegado la hora de las responsabilidades personales.
Dos muestras. La primera, un acta de un consejo de administración de Caja España. Un consejero apeló a la Ley de Disciplina de Intervención de las Entidades Financieras para advertir de que él salvaba su responsabilidad personal ante el futuro una vez que su presidente se había negado a debatir en dicho consejo el protocolo de integración.
La segunda, un no muy lejano encuentro del comité de dirección del PP regional. Se advirtió a los más reticentes a la integración de las cajas (abulenses y segovianos compiten por ver quién rechaza con más ahínco el plan de Herrera) de que la Junta y el PP habían hecho los deberes y de que, dado el rechazo de algunos consejeros puestos por el PP pero que no hacen caso al partido, ha llegado la hora de las responsabilidades personales por no querer avanzar en la integración. Aseguran que incluso alguien puso a esas personas el ejemplo de lo que pasó con Mario Conde y su gestión en Banesto.