Los populares parecen haber hallado el talón de Aquiles de Óscar López, secretario general de los socialistas castellanos y leoneses y aspirante a desbancar a Juan Vicente Herrera de la Presidencia de la Junta en el 2011. Cómo están de contentos por ello en el PP. Tanto como tristes o, mejor dicho, preocupados en el PSOE. El dirigente socialista que en los casi 27 años de autonomía más ilusión ha insuflado de primeras dadas en las filas del partido, resulta que aparece ahora ante los propios como aquél a quien el PP señala todos los días, todos, como un político que ni reside ni trabaja en Castilla y León (es diputado nacional).
El dirigente socialista regional más dotado de confianza en sí mismo que se recuerda por estas tierras resulta que ha dejado un flanco abierto (al menos eso piensan los suyos), que sirve para que los dardos de los populares entren un día sí y otro también para socavar cualquier atisbo de confianza que pueda originar en los ciudadanos.
Lo que empezó como un soniquete desde el Gobierno y el PP regional -«es que no está comprometido con esta tierra», repetían constantemente los responsables populares- se ha transformado en casi un eslogan: «Es que no vive aquí». Como si todos los problemas de esta tierra se fuesen a resolver si Óscar López fíjase su residencia diaria en algún punto de Castilla y León.
Hay un aspecto que el PP no ha calibrado bastante a la hora de lanzarse en tromba sobre López y su lugar de residencia: el líder socialista regional resulta que no ha podido vender su casa de Madrid para comprarse otra aquí; la crisis que golpea a todos los ciudadanos también le afecta a él; por tanto, es uno más de los paisanos de esta tierra, con los mismos problemas que el común de los mortales.
Pero como las armas las carga el diablo, resulta que desde el propio PSOE se dice que si él no puede pagarse una casa, que se la pague el partido. Y el secretario regional socialista dice que de eso nada, que no carga al partido con gastos a los que tiene que hacer frente él solo. Y mientras no pueda, tendrá que seguir yendo y viniendo a Madrid.
Este debate no llega a la gente. Claro que no. Bastantes preocupaciones tienen los ciudadanos por culpa de la crisis como para ocuparse de dónde tiene la residencia el líder socialista regional. Lo que quieren son soluciones a sus problemas, iniciativas para que puedan salir de las situaciones difíciles en las que les coloca la recesión; lo de si quien las formula tiene o no casa en la comunidad, como que es un debate secundario. Al menos así razonan desde el entorno del líder socialista; y no les falta razón.
Pero, claro, todo cambia en este razonamiento cuando el líder socialista regional decide hacer del debate sobre la despoblación uno de los ejes, sino el principal, contra Juan Vicente Herrera, su Gobierno y el Partido Popular. Ahí es cuando se frotan las manos los populares: Qué mejor ejemplo, dicen, de que el discurso del PSOE contra el PP no se sostiene: para luchar contra la despoblación no hay como atraer habitantes, ¿y quién es el primero que no vive aquí?, preguntan los populares. López, claro.
La preocupación en las filas del PSOE va en aumento. Es un clamor silencioso -es decir, es un comentario extendido en las filas socialistas, pero que nadie se atreve a formular en voz alta- que las críticas populares empiezan a hacer mella en la moral de los dirigentes socialistas; al menos, de una buena parte de ellos. El “no lo entendemos” es la expresión que más repiten cuando se les pregunta el porqué de esto. Y lo que menos comprenden es el hecho de que López, con este debate sobre su residencia y lugar de trabajo, pueda estar dilapidando buena parte del enorme prestigio interno con el que llegó hace poco más de un año a la cúpula del partido en la comunidad. «Los del PP saben que han dado en el blanco con esta polémica sobre dónde vive López y no lo van a dejar; han encontrado cómo hacernos daño», admitía esta semana un dirigente cercano al actual líder.
El temor a esta campaña de los populares ha aumentado esta semana cuando en el Senado ha sido aprobada una enmienda del PP para que los cien millones de los fondos para luchar contra la dispersión y la baja densidad se transformen en 500; y de éstos, dice la Junta, 100 han de ser para Castilla y León. Para que esos 100 millones pasen a 500, en el Congreso hacen falta más votos que los del PP. Por eso, Juan Vicente Herrera y los suyos se han lanzado a decir que a ver si Óscar López vota a favor de esa enmienda, en contra de lo que propugna el PSOE, para que llegue más dinero a esta comunidad. Los socialistas saben que el voto contrario de López a esa enmienda será regalar un obús al PP para lanzarle críticas al PSOE en Castilla y León.