La firma del acuerdo de financiación autonómica es una buena noticia para cerrar 2009. Que el Gobierno y la Junta hayan sellado el pacto (por obra y gracia de unos fondos adicionales de 284 millones de euros para este año) es para felicitarse. Y para felicitar a populares y socialistas. El acuerdo está ahí. Pero, claro, es para financiación propia, es decir, para los dineros que las administraciones públicas ponen sobre la mesa con el fin de costear los servicios públicos, especialmente los esenciales (sanidad, educación…). Financiación propia que sale de los dineros del contribuyente.
Sin embargo, y pese a la tranquilidad que debería dar un acuerdo de estas características, llega en un momento especialmente intranquilo desde el punto de vista de la financiación, pero por la ajena, aquella que las entidades bancarias y de ahorro posibilitan para empresas y particulares. Si nos centramos en las cajas, la comunidad lleva un tiempo largo, demasiado largo, contemplando el episodio de las fusiones de cajas. Y se cierra el 2009 con el proceso de esta forma: Caja España y Caja Duero, negociando los detalles de cómo unirse. Caja de Burgos iniciando una fusión con Caja Canarias, Caja Navarra y Sa Nostra (Baleares). Caja de Ávila y Caja Segovia esperando la llamada de Caja Madrid. Y Cajacírculo en solitario, pero con la vista puesta en los movimientos del resto.
Preocupante panorama, que sólo alivian en parte las dos grandes, Caja España y Caja Duero, que bien porque se vean obligadas a entenderse bien porque tengan algo de vocación autonomista, al menos miran de puertas adentro para, tratando de crear una caja muy sólida, optar luego con una posición de más fuerza a negociar con entidades de fuera en el caso de que sea necesario, como parece que lo será después de una crisis financiera como la que padecemos ahora mismo.
Más difícil ante la opinión pública regional lo van a tener las otras entidades que no han querido tener nada que ver con las cajas de la región. Por ejemplo, Caja de Burgos opta por unirse a cajas de fuera con una fórmula similar a la que le propusieron hace más de un año para juntarse a las cajas de la región. ¿Por qué vale esa fórmula ahora y no le servía para estar con las cajas de la comunidad? Criticaron que el proceso hace un año estaba politizado porque lo impulsaban PP y PSOE, y ahora se une a una caja (la de Navarra) presidida por el presidente de la comunidad, cargo político donde los haya. ¿Está garantizada la toma de decisiones en Burgos? ¿Y que el ahorro burgalés no se vaya a financiar proyectos canarios?