J. I. FOCES
El Gobierno de Zapatero está obligando a los socialistas de toda España, da igual el lugar en el que residan, a hacer un papelón de tomo y lomo, de los que te doctoran en interpretación sin haber pasado por la Escuela de Arte Dramático. Cuesta ponerse en el pellejo de un cargo socialista. Qué pensarían ayer cuando, al incorporarse a sus despachos, se enteraron de que el Ministerio de Economía atribuía a una errata la fecha que impedía a los ayuntamientos endeudarse durante el año y medio siguiente (ese plazo había comenzado ayer, según el BOE) y la aplazaba al 1 de enero del 2011. Y qué les pasaría por la cabeza cuando sólo unos minutos después, escasos minutos, trascendió que lo que había sucedido era una rectificación en toda regla. Frenazo y marcha atrás. Ojo, que un frenazo y marcha atrás bien explicado no sólo no deteriora sino que incluso llega a honrar a quien lo adopta si las razones son de suficiente peso. Pero habiendo escuchado a la ministra restarle importancia a «la errata» del BOE, la verdad que no era de extrañar lo que les pasaba a muchos cargos socialistas, a quienes literalmente seguro que se les enrojecieron los pómulos ante semejante desbarajuste de su cada día menos idolatrado Zapatero.
Ojo, que soy de los que piensan que la “baraka” (suerte en árabe) del presidente del Gobierno no sólo no se ha acabado sino que seguro que le dura lo suficiente para salir airoso de este atolladero. Pero los cargos socialistas asisten atónitos a este “pasito p”alante, pasito p”atrás” en las medidas económicas tal y como ayer lo calificó el presidente del grupo socialista de Valladolid, Óscar Puente. Lo malo para ellos es que el pasito “p”atrás” es un patinazo de los que hacen historia. Y lo saben.