La firma ayer del acuerdo para regular por ley la Renta Garantizada de Ciudadanía (el pago de una ayuda mensual a los excluidos socialmente) ratifica un hecho político en el seno del Gobierno de Juan Vicente Herrera: la gestión de César Antón al frente de Familia es de las que le permite al presidente de la Junta anotar en la columna del haber en este 2009. La idea de crear una Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades fue una de las grandes propuestas electorales de Herrera en su primera comparecencia en las urnas (mayo de 2003); los cuatro primeros años, con Rosa Valdeón (actual alcaldesa zamorana) al frente de este departamento, la Junta consolidó una serie de políticas que le permitieron a Herrera, incluso, proyectar una imagen progresista de su Gobierno. Ya sé que puede sonar exagerado que en un gobierno de derechas se pueda hablar de progresismo, pero la realidad fue esa: este departamento le permitió a Herrera mostrar su cara más centrista, más pegada a la gente, más de políticas para las personas, y pegarle una pasada por la izqueirda al mismísimo PSOE.
Para la segunda legislatura de esta consejería, y obligado por la marcha de Valdeón a la política municipal, Herrera encargó “su” consejería al anterior responsable de Sanidad, el palentino César Antón. Y hete aquí que este político ha cerrado el segundo año completo de esta legislatura con un balance plagado de logros. Al pacto de ayer de la Renta Básica de Ciudadanía -un puntazo por la dimensión social del mismo-, Antón une los preparativos de la presentación en Bruselas que hizo Herrera de la propuesta de crear un Observatorio contra la Violencia Doméstica (hasta Zapatero felicitó a la Junta por la idea en la última Conferencia de Presidentes); el pacto para la emancipación juvenil (ojo a la trascendencia del mismo de cara a la atracción del voto joven) y el reciente pacto contra la drogadicción, ya implatado en Valladolid y Palencia. Y el primer proyecto de ley que apruebe el Gobeirno regional en enero será el de lucha contra la violencia doméstica. César Antón cierra así un año políticamente fructífero de su departamento para la política del Ejecutivo regional que, por culpa de las cajas, no anda sobrado de alegrías.