Un fallo es un fallo y no hay que darle más importancia. Claro, cuando es un fallo. Cuando es un error, hace que toda una ministra ofrezca una información que no se corresponde con la realidad. Y ayer quien menos culpa tuvo de lo que ocurrió fue la ministra de Medio Ambiente. Además, Elena Espinosa atesora el suficiente rigor en el trabajo que, para buscar culpables de lo que ocurrió ayer, no cabe otra cosa que mirar hacia arriba, por encima del ministerio y la ministra. Según dijo ayer Espinosa, en los informes que el propio Gobierno distribuye a sus ministros, en el relativo al traspaso de la Justicia a Castilla y León hay una cruz en la casilla del “ok”. ¿Cómo es posible? Dos explicaciones. Una, un error en la elaboración del informe, pero de tal magnitud que hace que toda una ministra dé por válido el dato. Dos, que en La Moncloa les importa tanto Castilla y León y están tan al tanto de lo que pasa en la comunidad como de lo que sucede en Adelaida (la ciudad más poblada del estado de Australia Meridional). La negociación del traspaso de la Justicia a Castilla y León está tan avanzada que seguro que antes llega a Castilla y León la gestión del río Miño o del aeropuerto catalán del Prat.