Es muy complicado saber qué va a pasar en el sector financiero regional después de la decisión de las cajas de ser ellas las que piloten los cambios a los que, más pronto que tarde, les obligarán la crisis económica y monetaria que sacude el mundo. Pero de lo que no hay duda es de que los dos grandes partidos regionales, el PP y el PSOE, van a estar muy, pero que muy atentos al proceso que han iniciado ahora las entidades.
El consejero de Economía, Tomás Villanueva, no dudó en espetarlo públicamente al salir del encuentro con los presidentes y directores generales de las cajas el pasado lunes, un encuentro tenso, muy tenso.
Sin embargo, en lo de encontrar la cara amable de la situación, que seguro que la hay, tuvo más suerte el líder del principal partido de la oposición regional, el socialista Óscar López. La causalidad hizo que los máximos responsables de las cajas coincidiesen el lunes a la hora de comer en el mismo céntrico restaurante vallisoletano que el secretario regional del PSOE. Ya que se saludaban, decidieron tomar un café juntos. López les hizo la misma advertencia que Villanueva en lo que a la vigilancia del PSOE sobre las entidades financieras se refiere respecto a lo que vayan a hacer ahora, pero en un encuentro distendido, en torno a un café, la dureza de la advertencia puede ser compensada con buenas formas. Y claro, en lo de buenas formas López no tiene rival.
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