En la política parlamentaria de Castilla y león hace muchísimo tiempo que las casualidades dejaron de ser casuales. Una casualidad podría ser, por ejemplo, que Juan Vicente Hererra haya decidido comparecer en las Cortes para explicar los efectos de la crisis económica en Castilla y León y las medidas adoptadas por su Gobierno justo unos días después del primer aniversario de la segunda victoria electoral de Zapatero. Pues de casualidad, esta coincidencia no tiene nada, nada de nada.
Políticamente quien gobierna suele tener la ventaja de que comparece en las Cortes a petición propia (pese a que se lo haya reclamado muchas veces el PSOE), como lo hará Herrera el jueves; por eso elige la fecha y habla cuando y como quiere. Eso sucederá pasado mañana, que Herrera subirá a la tribuna de oradores del hemiciclo regional para explicar qué ha estado haciendo la Junta. A los socialistas ya les ha ido poniendo nerviosos en las últimas semanas el Gobierno de Herrera aprobando cada jueves de los dos últimos meses una tan larga como multimillonaria relación de inversiones de apoyo a la industria, de renovación de infraestructuras, etc. Se queja el PSOE de que el Ejecutivo regional lo ha hecho para quer Herrera no suba el jueves con las manos vacías a la tribuna. Mal asunto empezar con esa queja; es como el equipo de fútbol que proetsta de que el contrario ordena regar el campo antes del partido. A fin de cuentas, semejante argumento se rebate con una frase: «Oiga, nosotros gobernamos».
Por si fuera poco, Herrera llega con el reciente acuerdo de diálogo social firmado con sindicatos y patronal, que crea una ayuda regional para parados.
El jueves va a haber en el hemiciclo un convidado de piedra (por aquello de que estará omnipresente sin estarlo) que es el presidente Zapatero. El debate de pasado mañana llega en el momento políticamente más delicado para el PSOE en España y para su líder y va a ser muy, pero que muy difícil, que esa situación no sobrevuele la sesión. Además, los socialistas andan cabizbajos por el coste electoral de la crisis y los populares, con el subidón de la victoria gallega.
¿Ven como las casualidades no existen en política?
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