El aviso de ayer del presidente de la Junta a las cajas de ahorro es el enésimo en los últimos seis meses, pero ahora aparece revestido de un matiz nada desdeñable: La primera autoridad autonómica utilizó el término «preocupante» para definir el estado de la cuestión después de que se haya sabido la caída total de beneficios de las seis entidades de ahorro y el índice de morosidad que mantienen. Ante alguien que utiliza el lenguaje de la forma certera en la que lo hace el presidente (que le digan a más de uno si es certero en el manejo del léxico cuando echa una bronca) cobra especial relevancia el uso de dicha palabra, preocupante. Casi nada, viniendo de quien viene; casi nada, en el momento actual.
Y, si hay que preocuparse, cabe preguntar al jefe del Ejecutivo en qué está trabajando su equipo económico para salir de ese estado de preocupación y, lo que es más necesario, para saber cómo va a tratar de afrontar esa «incertidumbre» (sic) que, según el presidente, se ha asentado en el sistema financiero regional por el preocupante estado de las cajas.
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