Herrera no es de esos políticos que si tienen que amenazar, amenazan. Prefiere sugerir; si la sugerencia no causa efecto, advierte; y cuando la advertencia no es percibida por su interlocutor, espeta. El viernes en ForoBurgos llegó a este tercer estadio en la forma de hablar: «Es preferible que hagamos lo necesario antes de que nos obliguen a lo urgente», dijo. ¿Qué es lo necesario? La integración de las cajas, de forma voluntaria y por el convencimiento de que por separado no podrán hacer frente a una cada vez más deteriorada situación financiera. ¿Qué sería lo urgente? Eso no lo mencionó… pero es que no necesitaba decirlo. El selecto auditorio (los responsables económicos y financieros de Castilla y León) sabía perfectamente a qué se refería: la posibilidad de que el balance de alguna entidad pueda llegar a arrojar pérdidas a medio plazo, lo que forzaría a la autoridad monetaria a intervenir. Nadie pronuncia la palabra pérdidas, pero todos la tienen presente. Y les da pavor. (Como para no darles).