Gabo, te escribimos, no viajas solo
. “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre, con la voz cálida y pausada que sólo en muy pocas ocasiones utilizaba para decir las cosas importantes, empezó a leer, a la sombra del castaño, ´Cien años de soledad´. Al poco […]