La Ciencia no puede saber en este momento si Teresa Romero se ha curado de su gravísimo contagio por el virus Ébola gracias al antiviral que le fue administrado, al suero que recibió de una paciente curada antes que ella, a su propio sistema inmunitario, o a una combinación desconocida de estos tres factores. Pero esto, hoy, es lo de menos. ¡Teresa vive! ¡Muchas Felicidades!
La alerta sanitaria generada en España (y en toda Europa) no tuvo, en esta ocasión, el profesor del Ébola que solicitamos con urgencia nada más detectarse el contagio, sino un Comité Científico que llegó tarde y mal. Ese Comité debió haber llegado desde el principio y bien (es decir, quedándose la política y los políticos a un ladito).
En una futura posible alerta sanitaria, por el motivo que fuere, ¿nuestra clase política habrá aprendido a comportarse ante la sociedad con la seriedad y el rigor que estas situaciones requieren?