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Alfredo Barbero

Ni locos ni cuerdos

Espinacas y manzana

Las humildes espinacas no aportan la fuerza y energía mítica, análoga a la de Hércules cuando tomaba ajos, que proporcionaban a Popeye “el marino”. Ni las manzanas, por mucha y jugosa simbología que también guardan bajo su piel, resultan tan sabrosas como un buen chuletón del Valle Amblés o de los valles del Esla.

Nada de esto lo ha dicho la OMS (Organización Mundial de la Salud). El hispano sentido del humor se ha ejercitado estos días en Internet y las redes sociales haciendo bromas de todo tipo sobre el Informe presentado por la Organización. Se han exagerado sus recomendaciones con gracia e ingenio, pero hasta el ridículo, con el fin de descalificarlas. Las industrias cárnicas y de embutidos -sobre todo de cerdo, tan apreciados tradicionalmente en España- se han puesto a la defensiva hablando de riesgos económicos y puestos de trabajo. Y nuestra pícara sabiduría popular, igual que ocurrió hace años con el tabaco, se escuda una vez más en el viejo refrán-tópico: “de algo hay que morirse”.

Pero la OMS tiene razón. La correlación estadística entre el consumo habitual de carnes rojas y carnes procesadas con cáncer de colon existe, aunque el riesgo no sea altamente elevado. Por esta razón, los expertos han situado su consumo en la parte alta de las pirámides nutricionales. Es decir, mientras que los alimentos situados en la base de la pirámide se recomienda que se consuman a diario (por ejemplo, verduras como las espinacas, o frutas como la manzana), la recomendación de frecuencia decrece según ascendemos hacia el vértice, siendo de tan sólo 2-3 días por semana para las carnes más contundentes.

Sintetizado, el mensaje de la OMS podría ser: si busca usted salud, sea omnívoro, coma de todo, pero cereales, fruta, verduras u hortalizas todos los días, mientras que carnes fuertes ¡sólo la mitad de los días de la semana! Visto así, el sacrificio no parece excesivo, ni siquiera para quienes tenemos cierta inclinación “carnívora”. Sin duda, una dieta con predominio de los vegetales sobre los animales es una dieta más saludable en muchos sentidos, principalmente frente a riesgo cardiovascular y cancerígeno. La información puntual de los conocimientos científicos que se vayan adquiriendo sobre los alimentos realizada por los organismos públicos sanitarios, y la pedagogía para que las nuevas generaciones adquieran mejores hábitos de alimentación que los nuestros, son muy convenientes.

Las dos reflexiones que me han parecido más interesantes de las que he escuchado estos días en los medios de comunicación hechas por los expertos en nutrición son estas: 1) la bollería y los dulces industriales tienen todavía más riesgos para la salud que las carnes, y 2) el beneficio cardiovascular, antioxidante y anticancerígeno que tienen los alimentos vegetales está más acreditado aún que el riesgo potencial que tiene la carne animal, lo que quiere decir que se trata de un problema de balanza, de equilibrio: en nuestra salud no sólo influirá el incremento del consumo de carne sino también, tanto o más, la disminución del consumo de ensaladas, verduras y frutas.

Y en fin, el día que toque chuletón del Valle Amblés o de los valles del Esla, o nuestra más gloriosa “carne procesada”, jamón ibérico de bellota pata negra cortado en finas, casi sutiles, lonchas… ¡menuda gozada!

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……………. .

 

 

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Sobre el autor

Psiquiatra del Centro de Salud Mental "Antonio Machado" de Segovia


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