El profesor Parra Luna ha tenido alguna dificultad técnica para enviar su respuesta a mi anterior artículo (quizá no se haya registrado en la página web de EL NORTE DE CASTILLA), y me pide que la incluya en el blog. Le agradezco mucho la amabilidad de responderme, aunque como explicaré a continuación los argumentos que da sobre su supuesto descubrimiento científico del “lugar” de La Mancha me parecen insuficientes. Dice el profesor Parra:
Sr. Barbero:
Cuando intento hacer un comentario en su blog del Norte de Castilla, de pronto desaparece, lo que me ha ocurrido dos veces. Le agradeceré por tanto incluya en dicho Blog la respuesta siguiente:
Primero, constato que estamos bastante de acuerdo en el tema VALORES del Quijote, lo que a la postre es mucho más relevante que las cuestiones metodológicas y otras en las que disentimos. Sobre los “valores” si que me gustaría conocer su opinión posiblemente más autorizada que la mía. ¿Podría darle un vistazo a los cap. 6 y 7 de nuestro último libro “El lugar de la Mancha: un irónico Cervantes a la luz de la crítica científica?.Si no tiene el libro se lo puedo enviar porque este tema merece la pena.
Y sobre el resto, permítame resumir los cuatro temas que toca:
1., James Iffland: Puede ver nuestra respuesta en el próximo número de la revista CERVANTES que es el órgano oficial de la Cervantes Society of America y en cuyo consejo de redacción está el propio Iffland. Le informaré cuando aparezca.
2. Canavaggio: Resulta más decisiva la siguiente frase( pag. 106, de nuestro último libro):
“En efecto,en vista de los argumentos aducidos por los defensores de Villanueva de los Infantes, no creo que ningún otro pueblo del Campo de Montiel esté en condiciones de defender una candidatura que se pueda comparar a esta”. Y como ha de ser un pueblo del Campo de Montiel, la opinión de Canavaggio no puede ser más positiva.
3.RAE. Nadie espera que la RAE se pronuncie sobre la validez de todos los descubrimientos científicos que en mundo aparecen cada día. Su silencio es lógico. Otra cosa es que apareciera un comentario negativo.
4. El silencio de los colegas. No es cierto. Una gran parte de los más reputados cervantistas del mundo está de acuerdo con nuestra teoría. Puede verificarlo en nuestro último libro citado. Concretamente en el Curso del Escorial estuvo Guillermo Serés, el más próximo colaborador del prof. Rico, quien con anterioridad ya había mostrado su respeto por la investigación realizada sin formular crítica alguna.
Pero en el fondo, Sr. Barbero, estos desacuerdos son pequeñeces al lado de la enjundia política y moral que actualmente tienen los valores expresados en el Quijote. En este tema, repito, si que me gustaría y mucho, conocer su opinión.
Un cordial saludo
Francisco Parra Luna
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Siguiendo las pautas de brevedad de los medios de comunicación, intentaré sintetizar de nuevo mis argumentos (una “metodología” que también está al alcance de muchos académicos que escriben en Prensa para el público general, y en este caso pensando en los lectores del Quijote):
1) Además del comentario sobre los muchos y diversos valores del texto cervantino, con el que me dice que está bastante de acuerdo, en lo que se refiere al tema del “lugar” de La Mancha no menciono cuatro sino cinco puntos. El primero de ellos, del que parece haberse “olvidado”, son los cinco errores lógicos que hay en el planteamiento de su estudio y metodología. Errores que permiten, a mi entender, refutar su supuesta “tesis científica”. Sería de interés que responda sobre cada uno de estos 5 errores con razones que los lectores puedan comprender. Por ejemplo, por qué calcula una “velocidad media” de marcha a Rocinante y al rucio siendo dos personajes de ficción (a los que usted trata como si fuesen cabalgaduras de carne y hueso). Y por qué hace lo mismo con el espacio literario de La Mancha de Cervantes, sobre el que se pone a hacer cálculos como si fuese un espacio geográfico real utilizando los “datos” de tardanzas y distancias que hay en el texto, “datos” que sorprendentemente entiende de manera literal, etc.
2) Sus planteamientos lógicos, sistémicos y cálculos matemáticos se podrían aplicar de manera acertada al contenido de una crónica histórica, con cabalgaduras reales, un espacio físico real y datos reales, pero es erróneo aplicarlos al contenido de una obra de ficción como El Quijote. Que la novela de don Miguel sea una novela de carácter realista con muchos datos auténticos (Puerto Lápice y El Toboso existen, los molinos de viento existen, Barcelona existe, Jerónimo de Pasamonte existió, etc.) para buscar precisamente que sea lo más intenso posible ese efecto literario, el realismo, es una cosa, y otra muy distinta que sea real al completo el espacio de La Mancha que describe la narración. En su conjunto, éste es un espacio que hay que entender como espacio imaginario creado por el autor, en el que las cabalgaduras no cabalgan a ninguna “velocidad media”, ni de las distancias y tardanzas dadas puede afirmarse con certeza que sean igual de precisas que los datos empíricos que obtendría un geógrafo o un cartógrafo sobre el terreno real. No hay pruebas (su interpretación sistémica de dos frases del Quijote deduciendo la existencia de un “acertijo” localizador en el texto, no es una prueba de certeza) de que Cervantes describiese su paisaje literario escuadra y cartabón en mano con intención de dejar en la novela “datos” precisos sobre tardanzas y distancias. Lo que sí sabemos es que la escribió mediante una genial y muy libre pluma.
3) Que el profesor Canavaggio diga en la cita que usted menciona que no cree que ningún otro pueblo del Campo de Montiel esté en condiciones de defender una candidatura que se pueda comparar a la de Villanueva de los Infantes no significa, ni mucho menos, que piense que Villanueva es “El Lugar”. Si vuelve a leer con detenimiento la cita que yo transcribí se dará cuenta de que el profesor Canavaggio, uno de los más reputados cervantistas del mundo, nos dice de una muy elegante manera que Villanueva no es más que “un lugar” entre otros: “(…) Villanueva de los Infantes bien pudo ser un referente implícito entre muchos para Cervantes, lo mismo que otros pueblos manchegos (…)”. Esto sí es decisivo.
4) Sobre el prolongado silencio de la RAE, resulta completamente inverosímil que si la Real Academia Española creyese que usted ha descubierto científicamente cuál es “el lugar” de La Mancha de cuyo nombre Cervantes no quiso acordarse, permaneciese en silencio ante la opinión pública española y mundial. Este silencio no sería lógico. En cambio, el silencio actual y de tanto tiempo de la RAE sí resulta lógico entendido en un sentido de no aprobación, algo a lo que coloquialmente llamamos “dar la callada por respuesta”. De todas formas, seguiremos en espera de que la RAE encargue los informes técnicos correspondientes, cuando recupere un poco la economía, a fin de evaluar su “tesis científica” sobre El Quijote.
5) Guillermo Serés y el profesor Rico, director de la última edición del Quijote del pasado año 2015 y también uno de los más prestigiosos cervantistas del mundo, son personas distintas. ¡Y menudo es el académico Francisco Rico para que alguien hable por su boca…! Su silencio me parece muy significativo.
6) En relación al silencio de sus colegas quería referirme al de otros expertos en Teoría de Sistemas, expertos que hasta la fecha —que yo sepa— no han analizado ni sometido a revisión crítica su trabajo para darlo por válido o por erróneo.
7) Conozco su último libro que cita, El lugar de la Mancha. Un irónico Cervantes a la luz de la crítica científica (le agradezco el ofrecimiento de enviármelo), de cuya lectura no se desprende la conclusión de que “una gran parte” de los más reputados cervantistas del mundo esté de acuerdo con su teoría. Para que no se confunda en este punto es necesario que distinga entre: a) apoyar la hipótesis de Villanueva de los Infantes a sabiendas de que es sólo una hipótesis, y b) apoyar la consideración que usted hace de su hipótesis como “tesis científica verificada”. No es lo mismo. El profesor Canavaggio vuelve a ser de nuevo un inmejorable ejemplo: ha formulado una brillante hipótesis sobre la construcción del “lugar” de La Mancha por Cervantes, pero ninguno de los cervantistas que la comparten creo que llegue a afirmar que la suya es una tesis científica. ¡Ni aun siendo la del profesor Canavaggio! Es decir, se puede apoyar una hipótesis como tal hipótesis pero no el pretendido carácter científico de la misma. Un pronunciamiento claro en el sentido de considerar su tesis —del mismo modo que usted está completamente persuadido de ello— como una “tesis científica verificada” no recuerdo en este momento que lo haya hecho ningún cervantista de prestigio ajeno a su equipo y al entorno de Villanueva. Si lo hay, sería bueno que nos recordase quién o quiénes son, e hiciese algún breve entrecomillado de sus palabras al respecto.
Éste no es un foro académico de discusión, profesor Parra, por lo que no podemos alargar en extensión ni en tiempo nuestro debate. Entiendo que la réplica que acabo de hacer le da derecho, si quiere, a una contrarréplica de similar extensión (descontando el espacio de su primera respuesta), que me parece suficiente para que intente contraargumentar los cinco errores lógicos que le señalé en mi artículo anterior y he ampliado en los puntos 1) y 2) del presente. En total, siete puntos concretos a los que responder y que si no consigue rebatir con buenos argumentos dejarían refutada su supuesta “tesis científica”. Hecho esto, podemos dejar el debate para que los posibles lectores saquen sus propias conclusiones. En su pueblo, Villanueva de los Infantes, tendrá ocasión en junio de continuarlo con los expertos interesados en disfrutar de las bellas palabras, los certeros pensamientos, el sabio sentido común, los valores, la diversión, la ironía, el atemperado escepticismo y, en definitiva, todo el espléndido contenido del Quijote. Saludos cordiales.
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