Un gobernador serio (capítulo 49)
Mientras poco a poco iba disminuyendo su cólera por no haberle dejado comer ni echar siquiera una cabezadita a la hora de la siesta después de trabajar duro en el Juzgado, Sancho Panza reflexiona: “–Ahora verdaderamente que entiendo que los jueces y gobernadores deben de ser o han de ser de bronce para no sentir […]